Lali se quedó de piedra. Obviamente, Peter esperaba que tuviera una impresionante colección de ropa, como todas las mujeres de hombres ricos.
¿Cómo demonios le iba a explicar que los armarios y los cajones estuvieran vacíos?
-Decidí hacer limpieza -contestó encogiéndose de hombros.
-Pero es que me está diciendo que sólo tienes dos vestidos, cara.
Lali se mordió el labio inferior y bajó la mirada.
-Tal vez, me excedí un poco...
Se hizo el silencio y Lali se puso cada vez más nerviosa.
-Voy a tener que ir de compras -murmuró mirándolo.
-Cualquiera diría que has estado viviendo en otro sitio -comentó Peter.
-¿Cómo se te ocurre decir algo así?
-Explícame, entonces, por qué los armarios están vacíos.
Lali tomó aire.
-Tuvimos una discusión estúpida porque no te gusta cómo visto y me enfadé tanto contigo que lo tiré todo -le explicó.
-Conociendo el genio que tienes, te creo -sonrió Peter.
-¿Por qué están haciendo las doncellas mi equipaje? ¿Dónde vamos?
-Al Castello Lanzani.
No comments:
Post a Comment