Wednesday, April 29, 2015

capitulo 63

Al llegar al aeropuerto, se miró en los escaparates de las tiendas y se dio cuenta de lo bajita que era al lado de un hombre tan alto y delgado.
Mientras esperaban para embarcar en el avión privado de Peter, sonó el teléfono móvil de Lali.
Cuando oyó la voz de su amiga Maria, se apartó de Peter para hablar en privado. Maria y su marido, Benjamin Amadeo, vivían en Italia, pero la llamaba para decirle que iban a ir a pasar el fin de semana a Londres y que querían verla.
-Me piíllas en el aeropuerto porque me voy a Suiza -contestó Lali-. Además, te vas a enfadar conmigo porque no te he contado un secreto. Estoy casada...
-¿Casada? ¡No me lo puedo creer! -exclamó Maria sorprendida.
-A mí no me resulta difícil creerlo porque mi marido está ahora mismo escuchando nuestra conversación -contestó Lali mirando a Peter con disgusto-. En cualquier caso, la historia de nuestro matrimonio es...
En aquel momento, Peter le arrebató el teléfono y la dejó con la boca abierta.
-Un cuento con final feliz -dijo a toda velocidad-. Soy el marido de Lali -se presentó-. ¿Y tú quién eres?
Lali tuvo que soportar que Peter charlara un rato con su amiga y que terminara la conversación al anunciar que su avión ya estaba preparado para despegar.
-¿Cómo te atreves? -le espetó Lali furiosa mientras se dirigían a la aeronave.
-No me has dejado otra opción -contestó Peter-. Estabas a punto de soltarlo todo.
-Yo no suelto las cosas así como así -contestó Lali apretando los dientes.
-¿Cómo que no? Eres el colmo de la indiscreción -le espetó Peter.
Una vez a bordo, Lali avanzó por el pasillo del lujoso avión y se sentó todo lo lejos que pudo de Peter. Estaba furiosa con él por haber intervenido en su conversación y atreverse, encima, a acusarla de ser una chismosa. ¿Cómo se atrevía?
— ¿Quién te crees que eres? -le preguntó cuando ya habían despegado y la azafata los había dejado a solas.
Peter la miró a los ojos tan tranquilo.
-Soy un hombre muy discreto y quiero que lo que hay entre nosotros se lleve con total discreción, así que se han acabado las charlas entre chicas.
Lali giró la cabeza. No solía llorar, pero de repente se encontró con unas tremendas ganas de hacerlo. Tal vez, era porque estaba tan cansada que le costaba mantener los ojos abiertos.

No comments:

Post a Comment