-Tengo doscientas cincuenta libras de descubierto, es cierto que las debo, pero deja de hablar como si...
-Recuerda que soy banquero. Un descubierto que no está autorizado es una deuda. -No me hagas esto, Peter -dijo Lali desesperada siguiéndolo al descansillo-. Si me voy de Londres, ¿quién se va a encargar de la peluquería?
-Contrata a alguien. Ya me encargaré yo de pagarlo.
Lali vio que Peter comenzaba a bajar las escaleras.
-Si utilizas la relación con mi hermana para amenazarme, jamás te perdonaré -le advirtió.
-¿Y te crees que me importa?
Lali se tuvo que apoyar en la pared y tomar aire varias veces para calmarse. No se podía permitir el lujo de correr el riesgo de que Peter le contara todo a Luz.
Estaba segura deque su hermana entendería por qué se había casado por dinero cuando cuatro años atrás su situación había sido tan desesperada, pero se iba a sentir terriblemente dolida porque Lali le había hecho creer que su matrimonio era de ver-dad.
¿Sería capaz Peter de contarle a su hermana que se habían acostado? Lali se estremeció al pensar en la imagen que sobre ella se podía formar su hermana pequeña.
Se suponía que le tenía que dar ejemplo.
Peter había sabido elegir la amenaza que hacía que Lali bailara al ritmo que él tocara.
No comments:
Post a Comment