Tuesday, April 28, 2015

capitulo 32

Lo cierto era que se sentía perdida en un nuevo mundo de sensualidad y Peter no hacía más que hacerla gozar acariciándole los pechos.
-Me gusta mirarte -le dijo.
Lali sintió una punzada de deseo entre las piernas que la hizo abrir los ojos y, comprendiendo su deseo, Peter le tocó la entrepierna, descubrió la humedad que allí se escondía y recorrió la entrada de su cuerpo haciéndola gemir.
-Peter, por favor... -le rogó Lali completamente excitada.
Peter accedió a sus deseos y se introdujo en su cuerpo.
-Estás muy tensa, cara mía -rugió de placer mientras Lali se sorprendía ante aquella invasión.
Peter volvió a intentarlo y aquella vez consiguió llegar al centro de su cuerpo. Lali gritó de dolor y se le saltaron las lágrimas.
Peter se quedó mirándola fijamente con incredulidad.
-¿Eres virgen o son imaginaciones mías?
El cuerpo de Lali se estaba ajustando al invasor y el dolor había remitido. Siempre había soñado con que Peter fuera el primer hombre con el que se acostara y lo había conseguido, así que no podía permitirse parar ahora.
-No sabía que iba ser así... no pares...
-Mi esposa es virgen... -comentó Peter algo nervioso.
Lali le pasó los brazos por el cuello invitándolo a seguir.
-Por favor...
Peter volvió a introducirse en su cuerpo y pronto sus caderas se acompasaron en cíclicos movimientos que los llevaron a convulsionarse hasta alcanzar el clímax.
Sorprendida por aquella sensación,Lali se dejó caer contra las almohadas y se quedó en silencio. Se dio cuenta de que no debería haberse dejado llevar y de que, además, al haberse acostado con Peter se había entrampado ella sólita.
No se había dado cuenta de que Peter se iba a percatar de que era virgen y aquello no encajaba, pues se suponía que era su mujer.
En ese momento, Peter la abrazó y la miró a los ojos.
-Eres increíble... -comentó-. ¿Cómo es posible que fueras virgen?
Lali palideció y se dio cuenta de que Peter se estaba preguntando si se acababan de casar. Estaba tan avergonzada que no se atrevía a mirarlo a los ojos.
¿Se había vuelto loca?
-Estás muy callada... -comentó Peter.

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