capitulo 44

-Sí... —admitió Lali.
¿Cómo era posible que no fuera capaz de resistirse a él cuando había tomado la firme decisión de hacerlo?
Se moría por besarlo y su cuerpo echaba de menos aquellas manos expertas que sabían darle placer. Aquello aplastó a la vocecita que le decía que no estaba actuando con prudencia.
Lali lo besó con pasión, metió los dedos entre su pelo y le acarició los hombros. Le lamió el torso y sintió que el deseo era superior a sus fuerzas.
-Te deseo -rugió Peter tumbándose sobre ella y penetrándola sin previo aviso.
La sorpresa se tornó placer rápidamente y Lali sintió un vivo fuego entre las piernas. El éxtasis se había apoderado de ella y no dejaba sitio para la vergüenza ni el orgullo.
Lali alcanzó el clímax con un grito y, pocos segundos después, Peter la siguió. Lali sintió lágrimas de felicidad en los ojos, se apoyó en los almohadones y abrazó a Peter, que la besó lentamente mientras ella intentaba recuperar el aliento.
Lo miró y se maravilló ante su belleza masculina al tiempo que una inmensa oleada de amor y de aprecio por él se apoderaba de ella.
Los ojos de Peter se miraron en los suyos y se dio cuenta de que lo estaba mirando con ternura, pero aun así Lali no quiso negarse el placer de mirarlo.
Era increíblemente guapo.
-Me dejas sin aliento... -susurró con voz trémula acariciándole los labios.
Peter le agarró la mano y le miró los dedos sorprendido.
-¿Y tu alianza?
Lali se quedó helada.
-Yo... eh... nunca he querido llevarla... -improvisó.
-¿Por qué? -le preguntó Peter con curiosidad.
Lali se sonrojó.
-Yo... bueno, siempre me ha parecido que las alianzas estaban pasadas de moda y no me apetecía llevarla.
-No me gusta -opinó Peter sin dudarlo-. Eres mi esposa y quiero que lleves alianza.
-Me lo pensaré -contestó Lali sintiéndose fatal consigo misma por mentirle de nuevo. -No, no hay nada que pensar. Te voy a comprar una alianza y la vas a llevar. Se acabó la discusión -sentenció Peter levantándose de la cama y poniéndose los calzoncillos.