Wednesday, April 29, 2015

capitulo 84

-Supongo que estarás enfadado y lo entiendo porque no esperabas que esto sucediera, pero yo tampoco. No podría soportar la idea de abortar, así que ni la menciones.
Peter se giró hacia ella y la miró con dureza.
-Tal vez, ni siquiera se te había pasado por la cabeza esa opción, pero prefería dejarlo claro desde el principio. Aunque el hijo que voy a tener no entraba en nuestros planes, lo voy a querer igual -le aseguró-. Aunque admito que ahora mismo estoy asustada...
Peter se sirvió un whisky y se lo tomó de un trago.
Lali se puso en pie.
-Por favor, di algo.
-Vas a ser la madre de mi hijo -contestó él en un tono insolente que hizo que Lali palideciera-. Debo tener mucho cuidado con lo que te digo. Una mujer embarazada tiene muchos derechos y hay que tener cuidado con su situación. ¿Desde cuándo lo sabes?
-Desde que vino la doctora cuando me desmayé.
-¿Desde hace tanto? -se rió Peter-. ¿Y cómo es que no me lo has dicho en toda esta semana?
-Lo cierto es que hubiera preferido no tener que decírtelo nunca porque no quería... no quiero perderte.
-Nunca me has tenido -le aseguró Peter con dureza-. Sólo de la manera más básica, eso sí.
-Lo sé -murmuró Lali-, pero sé que hasta eso se va a romper.
-No des por hecho que sabes lo que pienso, siento o lo que voy a hacer a continuación -le advirtió Peter.
-Dime lo que estás pensando, no me voy a ofender -le aseguró Lali desesperada por tapar el abismo que se había abierto entre ellos.
-Muy bien. ¿Por qué me iba a sorprender de tu logro? En la familia Lanzani los niños siempre han llegado con una etiqueta con un precio muy elevado.
-Nuestro hijo no... -se defendió Lali.
Peter pasó a su lado como si no existiera y se metió en el salón. Lali lo siguió y lo alcanzó en el vestíbulo, justamente cuando se disponía a salir de la casa.
-Nuestro hijo no -repitió-. ¿Te vas?
-¿Tú qué crees?
-¿Dónde vas?
-¿Y a ti qué te importa?
Lali se quedó sola en el vestíbulo. Cuando consiguió recuperarse un poco, volvió a la terraza. El servicio ya había recogido la mesa, pero Lali ordenó que le llevaran una taza de chocolate con tostadas porque no quería que su hijo sufriera por su falta de apetito.

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