Tuesday, April 28, 2015

capitulo 33

-¡Me muero por ducharme! -exclamó Lali levantándose de la cama de un salto.
Lo único que podía pensar era en huir, pero de repente se dio cuenta de que estaba completamente desnuda y se arrodilló en el suelo con poca gracia para recoger su camisón y ponérselo a toda velocidad.
Una vez vestida de nuevo, recobró la compostura y salió de la habitación con dignidad.
Peter la miró con incredulidad.
-¿Qué te pasa?
-¿Qué quieres que me pase? -contestó Lali forzando una sonrisa y volviendo a su habitación para encerrarse en el baño.
¿Qué iba a pensar Peter de ella cuando recupera la memoria? La vergüenza se apoderó de ella. Le iba a parecer una mujer patética por haberse acostado con él en aquellas circunstancias.
Quizás, se diera cuenta de que sólo una mujer completamente enamorada se entregaría precisamente en aquellas circunstancias porque la desesperación la llevaría a agarrarse a un clavo ardiendo.
En cualquier caso, le iba a parecer patética y aquello la mortificaba.
En la habitación de Peter sonó el teléfono y Humberto lo informó en tono poco menos que confidencial de que tenía una visita.
-¿De quién se trata? -preguntó Peter mientras comenzaba a vestirse.
El mayordomo no quiso decírselo por teléfono, así que Peter se vio obligado a bajar.
-¿A qué viene tanto misterio? -le preguntó a Humberto en tono seco.
-Ha venido a verlo la señorita Belen Chaves -contestó el mayordomo.
Peter apretó las mandíbulas porque aquel nombre no le decía nada y aquello lo frustraba sobremanera.
-¿He hecho mal en dejarla entrar? -se lamentó Humberto.
Peter se preguntó por qué habría de haber hecho mal el mayordomo en dejar entrar a aquella mujer, pero el orgullo le impidió confesarse con un empleado, así que no dijo nada.
Se limitó a pasar al salón de las visitas donde Humberto había alojado a la invitada. Se trataba de una mujer de pelo castaño y ojos verdes, muy guapa, que fue hacia él y lo abrazó con fuerza.

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