Wednesday, April 29, 2015

capitulo 54

-¡No fue así! -se defendió Lali-. ¿Cómo puedes decir eso? Me preocupé por ti. ¡Creí que te podías morir!
Peter había tomado una carta que había sobre la mesa y la estaba leyendo.
-Debes dinero...
Avergonzada al darse cuenta de que era la carta que el banco le había enviado pidiéndole que reembolsara el descubierto que tenía en su cuenta, se la quitó de las manos.
-¡Métete en tus asuntos!
-Todo lo que a ti respecta es asunto mío -declaró Peter.
Lali no sabía qué se proponía, pero estaba dispuesta a defenderse.
-Te voy a explicar por qué le debo dinero al banco. Me gasté todo lo que tenía en un billete de ida y vuelta a Suiza y en pagarles las horas extras a mis empleadas para que me cubrieran mientras estaba fuera. Mi sueldo no da para extravagancias así.
Peter enarcó una ceja.
-¿Tu única excusa para meterte en mi cama sin pensártelo es que no tienes dinero?
Lali apretó los puños.
-Fuiste tú el que me metió en tu cama...
-Claro, y tú no querías, ¿verdad? -se burló Peter-. Eres una timadora profesional que sabía en todo momento lo que estaba haciendo. Sabías perfectamente que consumando el matrimonio podrías pedir una jugosa pensión cuando nos divorciáramos. Lali se quedó de piedra. Aquello la hizo sentirse terriblemente humillada.
-No te voy a pedir nada ni ahora ni nunca. No entiendo por qué piensas eso de mí. ¿Te parece un delito querer verte cuando me dijeron que habías tenido un accidente? Ya te dije en la carta que te dejé que lo sentía mucho...
-¿Te refieres a las cuatro líneas que me escribiste? -contestó Peter riendo con sarcasmo-.
En esa carta no me aclarabas nada. Te limitaste a desaparecer sin ninguna explicación.
-Cuando llegó el momento, la verdad es que no supe qué decirte -murmuró Lali.
-¿No supiste decirme que había estado compartiendo mi cama con una fresca mentirosa?
-¡No me insultes! -se defendió Lali enfadada.
-Eres una actriz maravillosa, bella mia -insistió Peter mirándola con dureza-. Sabías cómo llegar a mi corazón... ¡Te pasaste una semana entera confundiéndome, ocultándome las respuestas cada vez que te preguntaba algo!
En un arrebato de cólera, Lali le lanzó la taza que había sobre la mesa.
-No fue así. ¡Yo no hice eso!
Peter enarcó una ceja al ver que la taza se estrellaba contra la pared.
-Te comportas como una niña pequeña, pero eso a mí no me importa. Tampoco me emocionan las lágrimas, te lo advierto.

No comments:

Post a Comment