Sunday, July 12, 2015

capitulo 27

Ella se puso aún más tensa, temerosa de que él se diese cuenta de que lo que verdaderamente temía era a sí misma, al poder que él ejercía sobre ella, a la necesidad que tenía de satisfacer sus deseos más primitivos, dejando de lado lo que siempre había creído. Lali siempre había pensado que era una mujer muy sensata, pero por algún motivo había cambiado totalmente en cuanto Peter apareció en su vida. En los últimos días había cometido locuras, cosas que nunca había soñado hacer y en aquel momento había una parte de ella que quería vivir al máximo la fantasía de que la desease un hombre como aquel.
-Nada -dijo y el silencio pareció extenderse como círculos en el agua de un estanque.
Peter se sacó la camisa de los pantalones, descubriendo una franja de bronceado pecho cubierto de vello.
-Solo es sexo... -dijo con magnífica despreocupación.
-Solo sexo... -repitió ella y la voz le tembló un poco. Tenía la boca seca, la garganta agarrotada y todo el cuerpo preparado ante la presencia masculina, con los pezones duros como rocas y trémulos de deseo. ¿Solo sexo? Sintió que los separaba una distancia más ancha que el Golfo Pérsico. Pero él no lo sabía, le susurró una vocecilla en el oído. ¿Y si aprovechaba para disfrutar de la experiencia? Después de todo, estaban casados, pensó de repente, aferrándose a un tecnicismo del que minutos antes se habría reído. Peter alargó la mano con una expresión expectante en la imperiosa mirada, acelerándole el pulso hasta la locura. Su resistencia se desmoronó y sin saber cómo, se acercó a él para recibir un beso devastador que la envolvió en un fuego erótico de anticipación.
-Me gusta la cremallera -observó Peter, separándola para pasarle un dedo por el cierre que le apretaba los senos-. Muy sugerente. Si te hubieses quitado la chaqueta cuando estábamos en el avión, creo que hubiese sucumbido a la invitación.
Lali recordó con ansiedad que no llevaba nada bajo el top, ya que con el sujetador no había podido subirse la cremallera.
-Demasiadas pizzas -murmuró, justificándose-. O quizás fueron las trufas de chocolate.
-¿Trufas de chocolate? -preguntó Peter, mirándola con sus hipnóticos ojos verdes.
Se sintió ridícula, confesando sus pecados, pero no podía hilar los pensamientos tan cerca de él, Con la boca todavía hinchada por sus besos y las rodillas cediéndole bajo el peso del cuerpo. Él era como las trufas, no pudo evitar pensar, cálido, sabroso y sexy.
-Trufas de chocolate... -volvió a repetir Peter y, riendo ahogadamente, la hizo retroceder hasta la
cama.
Cuando ella llegó hasta el borde, la apretó contra su cuerpo duro y musculoso, y le bajó la cremallera de la falda. Lali metió la tripa apresuradamente y rogó que la falda se deslizase al suelo y no se le quedase enganchada a las caderas. Deseó poder taparse con la sábana, para que él no la viese. La falda cayó, obediente, y al pensar en el tamaño de su trasero, se metió en la cama de prisa, quitándose los zapatos. -Eres tan tímida... -dijo Peter, Sorprendido.
Más segura bajo la protección de las sábanas, Lali se recostó sobre las almohadas, haciendo un esfuerzo por parecer una mujer de mundo que se divertía con un poco de sexo. Solo era sexo, se repitió. Tenía veinticuatro años y cierta curiosidad científica era tan natural como sus nervios. Pero... ¿qué hacía compartiendo la cama con un hombre cuyas sábanas todavía conservaban el calor de su reciente predecesora?
-¿Quién era esa mujer?
Se hizo un silencio.
-Nadie que te deba preocupar -dijo Peter finalmente, pero se ruborizó y la boca se le endureció-. No es mi amante y nunca lo ha sido.
Profundamente aliviada por su declaración, Lali no pudo evitar pensar en lo que habría sucedido si él hubiese entrado en el dormitorio solo, tal como la morena suponía que sucedería.
Peter se quitó la camisa con un suave movimiento, hipnotizando a Lali con su torso musculoso y su vientre plano. Hasta verlo a él, no se había imaginado que un hombre pudiese ser tan hermoso y no podía apartar la mirada de él.
-¿Siempre te metes en la cama con la ropa puesta? -bromeó Peter.
Despertándose bruscamente de su ensoñación, Lali se ruborizó hasta la raíz del pelo.", -Hace un poquito de frío.
-Apagaré el aire acondicionado.
Intentó quitarse las medias bajo las sábanas y le dio vergüenza su propio descaro. ¿Cómo podía entregarse así a la lujuria? Porque eso era exactamente lo que estaba haciendo, igual que la hurí que lo
había recibido desnuda sobre su cama. A hurtadillas lo miró, poniéndose más nerviosa todavía al ver cómo los calzoncillos revelaban lo que decididamente era una potente erección.
-Se te han ruborizado las orejas -comentó Peter.

4 comments:

  1. Maasss
    Cuando descubra q es virgen va a descubrir q no es la mama del bebe!
    Q le cuente toda la historiaaa
    Maass

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  2. lali deberia decirle la verdad antes que tengan sexo

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  3. dale sube otro quiero saber como va a reaccionar peter, cuando sepa que lali es virgen

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  4. ++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

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