Es verdad, ahora es tarde –Lali concordó sin saborear esa pequeña victoria sobre Peter.
Parecía que nada de lo que él dijese ó hiciese atenuaría el dolor que la dominaba. Quién sabe, finalmente, se había convencido que sus esfuerzos eran inútiles y él nunca la amaría. Si la amase, jamás la habría obligado a quedarse en la misma casa que su ex--suegra y en medio de recuerdos de su primera esposa.
Ahora eso quedó atrás –Lali susurró. Lo que precisaba era reencontrar su paz de espíritu y su libertad. No quería más ser comparada con Luna. Suspiró profundamente y solamente entonces miró a Peter. – Antes que comiences a decirme cosas que tal vez prefiriese no oír, déjame decirte una cosa...
Puede hablar –Peter dijo con un aire no muy animado.
¿Por qué me estás mirando de ese modo? ¡Ni siquiera sabes lo que pretendo decir!
No pretendo derrumbar ninguna puerta más, si es lo que te está preocupando –dijo Peter al mismo tiempo en que sostenía las manos tensas de Lali.
El calor de las manos de él la perturbaron. Percibió que Peter la miraba con interés y sintió volver las sensaciones que su proximidad siempre provocaba en su cuerpo. Todo era tan familiar, tan devastadoramente familiar que sus sentidos reaccionaban a él, no importaba lo que Peter hiciera ni cuanto la lastimara.
Lamento haberte asustado. Perdí el control y prometo que eso no va a pasar más –Peter hablaba suavemente, y Lali sintió un escalofrío recorrerle la espalda.
Para con eso –Lali reaccionó súbitamente, al percibir que una vez más sus sentidos actuaban contra el buen sentido.
¿Parar con qué? –Peter preguntó con una calma que la enfureció.
Lali se mordió el labio, sintiéndose desesperada. Era demasiado débil para enfrentar a Peter. No que él fuese a forzarla de alguna forma, pero ella misma no tenía ningún control sobre si misma, cuando estaba a su lado. Bastaba una mirada, un toce, un brillo en aquellos ojos verdes, todo hacía su cuerpo vibrar. La súbita conciencia de que no conseguiría dominar su debilidad la hizo alejar sus manos de las de él y levantarse.
¿Qué pasó? ¿Aún estás enojada conmigo?
Lali podría decir que comenzaba a tenerle rabia después de las primeras semanas del matrimonio. Aún enamorada, sentía rabia de Peter todas las veces que miraba los retratos de Luna. Tenía rabia porque quería ser amada como él amara a Luna y dolía saber que se casara con ella sin olvidar a su primera esposa y sólo para tener un hijo.
No hay nada malo –dijo finalmente. – Es que ahora quiero el divorcio.
¿Y crees que si no hubiese algo mal, aún estarías pidiendo el divorcio?
No quiero que me confundas con palabras... –Lali murmuró inquieta. – Anoche te
dije que no quería continuar siendo tu esposa.
Anoche parecías estar pasándome un mensaje diferente.
que la reme peter que se cree que solo con un perdon, lali va hacer como si nada
ReplyDeleteAy lo odio!
ReplyDeleteMaass
quieroooooooooo
ReplyDeletemasssssssssss
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