Wednesday, July 15, 2015

capitulo 50

-Me da totalmente igual -añadió Lali-. Una de las cosas más aburridas de estar soltera era tener que escuchar a los hombres jurando que nunca más se volverían a enamorar. No creo que tenga que alentarte a que hagas lo mismo.
     -Lali -dijo Peter roncamente, poniéndole las manos en la cintura para darle la vuelta y mirada a los ojos.
-Mira, guárdate tus pensamientos y emociones, ¿quieres? -insistió Lali, convencida-. Es mucho mejor así. No quiero saber nada.
-De acuerdo, he recibido en mensaje -dijo él.
Era increíble, pensó Lali. Ahora que dejaba de presionarlo para que hablase, él se ofendía. Pero se alegró de darse cuenta a tiempo. Si Peter le hablaba de Belen, comenzaría a pensar en la hermosa morena y reviviría las emociones del pasado. Y desde luego que no quería remover aquellos recuerdos, menos aún de una mujer dispuesta a desnudarse para conquistarlo.
-Pero ello no es impedimento para que yo te pregunte a ti sobre todos los novios que has tenido -anunció Peter, suave como la seda, incorporándose.
-El primero me invitó a salir porqueRocio lo sobornó para que lo hiciese y el segundo me dejó plantada por ella. Después, tuve más cuidado. Salí un par de veces, por ejemplo con un tipo que se echó a llorar durante la cena hablando de su ex-mujer-recordó,Lali, pérdida ya toda su vergüenza-. O el otro que me envió a su ex novia a que me explicase que la conversación que él había tenido conmigo sobre sus sentimientos lo había ayudado a volver con ella...
     Peter la miraba fascinado.
-Me estás tomando el pelo, ma belle.
-Las páginas casi en blanco de mi experiencia con los hombres no son broma, en serio. Todos, sin excepción, me dijeron que era ¡una persona encantadora, pero o eran aburridos o solo hablaban de la mujer de quien estaban enamorados sin esperanza.
-Pero eso no es lo que sucede con nosotros...
-No tuviste otra opción, Peter. Te chantajeé para que te casases conmigo.
-No me puedo quejar, he tenido mis compensaciones -dijo Peter, lanzándole una mirada pícara.
El corazón le dio un vuelco y se encendió la llamita que nunca se apagaba del todo, pero aunque se ruborizó, la mirada de Lali fue glacial.
-Será mejor que dejemos el tema -murmuró Peter secamente antes de irse y cerrar la puerta.
Los labios de Lali temblaron, pero se controló. Si hubiese mencionado al bebé, las cosas habrían sido bien distintas. No quería retenerlo por ello, sino por la atracción que sintiese por ella. Ya no sería solo por Ben, sino también por el niño de ambos. Lo amaba como nunca pensó que podría amar a nadie, pero no podía soportar la idea de no ser la esposa adecuada para Peter, por mucho cariño que él le de mostrase. Cenaron temprano con el rey Nicolas sentado a la cabecera de la impresionante mesa de comedor y todo su séquito de rodillas en la antesala, algo para poner nervioso a cualquiera. El monarca la sometió a una serie de preguntas sobre la Biblia y, cuando Peter intervino una o dos veces para protegerla, le dijo que no adquiriese el hábito de ser un esposo autoritario que no dejaba que su mujer expresase sus propias ideas. Después le dio un sermón breve y conciso sobre lo que hacía que un matrimonio tuviese éxito y Lali se asombró de que Peter pudiese escucharlo sin que se le moviese ni un músculo de la cara.
Cuando la conversación abarcó temas del reino, Lali se pudo relajar más y observarlos. Se dio cuenta de que el rey era más joven de lo que ella pensaba, tendría menos de setenta años, tenía personalidad fuerte y era muy mal enfermo. Sin embargo, a pesar de su áspero exterior, parecía tener buen corazón. Al final de la comida, Peter le hizo una señal casi imperceptible de que los dejase solos y Lali se dirigió a la biblioteca, que tenía una extensa selección de libros en inglés. Allí se hallaba unos cuarenta minutos más tarde cuando Peter entró, cautivándola con su trajeada figura elegante Y apuesta.
-Disculpa mi mal genio de antes -le dijo Lali sin rodeos-. ¿Ya se ha ido tu padre?
-Sí. Estaba cansado. Estoy orgulloso de ti -murmuró él-. No dejaste que te intimidase. No lo hace por maldad, pero a veces puede ser un poco... -¿Brusco? -completó ella con una sonrisa.
-Sí -dijo Peter, poniéndose serio para añadir-Hace un mes me pediste que hiciese algunas averigua-ciones y lo he hecho. Esta tarde recibí un informe sobre tu pasado que aclara la cuestión que te preocupaba. -Oh, déjame verlo -dijo Lali, ilusionada.

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