Sunday, November 29, 2015

capitulo 1

PERO yo no puedo hacerme pasar por ti... -murmuró Lali, incrédula.
-¿Por qué no? -insistió Marianela-. Guatemala está al otro lado del mundo y Nicolas Vasques nunca me ha visto. El no sabe que tengo una hermana gemela.
-Pero, ¿por qué no le escribes para decir que no puedes ir a visitarlo? -pregunto Lali, intentando entender por que su hermana sugería tan absurda mascarada. -Ojalá fuera tan sencillo.
-Vas a casarte dentro de un mes -le recordó Lali-. En mi opinión, esa es muy buena excusa para decirle que no puedes ir.
-No lo entiendes. No fue Nicolas quien me escribió. Fue un vecino suyo, un metomentodo que se llama Peter Lanzani -explicó Marianela-. Exige que vaya allí y me quede durante un tiempo...
-¿Y quién es él para exigirte nada?
-El cree que como nuera de Nicolas, la única familia que le queda... bueno, que estoy obligada a visitarlo porque esta enfermo.
Mientras trabajaba en Los Angeles, Marianela había tenido un romance con el hijo de un rico hacendado guatemalteco. Pero su hermana había quedado viuda unos días después de casarse. Un hombre joven y aparentemente sano, Pablo había muerto de un infarto. En aquel momento, Guatemala sufría terribles inundaciones y el país estaba en estado de emergencia, con las comunicaciones cortadas. El padre de Pablo no pudo acudir al funeral y Marianela había tenido que volver a Londres.
-No sabía que seguías en contacto con el padre de Pablo -dijo Lali, mirando a su hermana gemela con sus ojos color cafe.
Marianela se puso colorada.
-Pensé que seguir en contacto con el era lo mínimo que podía hacer. Y ahora que Nicolas está enfermo... -¿Es grave?
-Muy grave por lo visto. ¿Cómo voy a decirle que no puedo ir a verlo porque voy a casarme otra vez? Le rompería el corazón -contestó su hermana. Lali hizo una mueca. Su hermana tenía razón. Para Nicolas, aquello sería un cruel recordatorio de la trágica muerte de su hijo-. Ese hombre, el vecino, incluso me ha enviado los billetes de avión. Pero, aunque no estuviera a punto de casarme con Rama, tampoco iría confesó Marianela, nerviosa-. No soporto tener gente enferma alrededor. No lo aguanto. No serviría de nada que fuera a Guatemala.
-Ya -suspiró Lali. Conocía bien a su hermana gemela. Marianela se había limitado a ayudarla económicamente cuando ella se vio obligada a dejar su trabajo para cuidar de su madre, inválida. Marianela les había comprado entonces un apartamento cerca del hospital que, tras la muerte de su madre, habían puesto a la venta.
-Pero tú podrías ayudar a Nicolas -insistió su hermana-. Fuiste una enfermera maravillosa para mamá.
-No estaría bien enganar a Nicolas. Creo que deberías hablarlo con Rama...
-¿Con Rama? ¡Yo no quiero que Rama sepa nada de esto! -exclamó Marianela-. Si Rama supiera cuánto dinero le debo a Nicolas seguramente cancelaría la boda... ¡y yo no podría soportarlo!

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