Tuesday, November 24, 2015

capitulo 27

Y seguramente tenían razón porque había llevado a casa suministros suficientes y se hacía la prueba todas las mañanas. Por el momento todo iba bien, pero si aquello se volvía rosa...
Esa idea hacía que se le encogiera el corazón.
Debería llamar a su ginecólogo y pedir una cita. Pero no podía hacerlo. Tenía demasiado miedo de lo que pudiera decirle.
¿Y si estaba embarazada?
Su primera reacción había sido de emoción. Embarazada. De Peter. ¿No era eso lo que imaginaba cuando pensaba en él? & imaginaba saliendo con él, haciendo el amor con él, casándose con él, teniendo hijos con él, incluso retirándose con él a los sesenta y cinco años.
En otras circunstancias, estaría encantada de tener un hijo con Peter. Pero tal y como estaban las cosas, no podría ocurrir nada peor.
Si al final estaba embarazada, Peter seguramente querría casarse con ella o, al menos, intentaría estar involucrado en la vida de su hijo. Así era él.
Pero la odiaría por ponerlo en aquella situación. El niño sería un recordatorio constante del error que había cometido una noche en un ascensor en medio de un apagón. Un apagón que le habría costado su libertad.
Lali no quería que eso pasara. Si estaba embarazada, lo mejor sería marcharse, criar a su hijo en otra ciudad y no contárselo nunca.
Aunque no podría hacer eso. Un hijo merecía un padre... y un padre merecía saber que tenía un hijo en algún sitio. Además, Peter podía ser muy insistente. No descansaría hasta estar seguro y si se marchaba sin dar una explicación sin duda la buscaría. Con su habilidad informática y sus contactos, sería capaz de encontrarla fuera donde fuera.
Pero estaba exagerando, pensó entonces. Ni siquiera sabía si estaba embarazada y había pocas posibilidades de que así fuera.
Peter apareció a su lado de repente y Lali se llevó una mano al corazón. Si no dejaba de emboscarla iba a tener que colocarle un cascabel al cuello.
—¿Todo bien?
Aquel día llevaba un pantalón gris y una camisa azul clara. Como casi siempre, iba descalzo, de ahí que pudiera moverse sin hacer ruido. Y darle unos sustos de muerte.
—Todo bien, sí.
—Necesitas algo, agua, zumo, un bocadillo?
Lali se percató de que no le ofrecía té o café, que podrían dañar a un feto... Aunque ella tomaba café todas las mañanas... eso sí, sin cafeína, por si acaso. De verdad no creía que hubiera razón para estar preocupada, pero en caso de que estuviera embarazada, prefería portarse de forma responsable.

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