Wednesday, November 25, 2015

capitulo 37 y 38

—A ver si lo entiendo. Estabas preocupado por si Lali se había quedado embarazada, pero no lo está. Estabas preocupado por si ella quería una relación contigo y no es así... pero ahora quieres que vaya contigo a Nueva York y quieres que yo cuide de su gata —dijo Gas.
—Es un viaje de trabajo —insistió Peter.
—Ya, ya, pero yo tengo que hacer de niñera con una gata.
—Y qué pasa? Te gustan los animales, ¿no?
—Sí, pero...
—Y me debes una. Yo instalé el sistema informático en tu discoteca y enseñé a todos los empleados a usarlo.
Gas dejó escapar un suspiro.
—Sabía que tendría que pagar por eso de una forma o de otra. Pero tú decías que eras mi amigo, que los amigos se ayudan unos a otros...
—Y así es. Y como amigo mío que eres, tienes—que hacerme un favor.
Peter suspiró, golpeando nerviosamente el volante del coche.
—Mira, sólo tendrás que pasar por allí un par de veces al día para comprobar que Coco está bien. Tú mismo has dicho que no es un problema. Y Lali te lo agradecería mucho.
Gas se cruzó de brazos.
—Si me araña o se hace pis en mis pantalones...
—Es una gata, no un conejo rabioso. Y será mejor que sonrías y finjas que esto te encanta o Lali dirá que no viene conmigo a Nueva york.
—Tan desesperado estás por acostarte con ella?
—No digas eso.
—Pero es verdad.
—No lo es. Y deja de decir eso. Lali necesita una persona responsable que cuide de su gata...
—Sí, claro, y yo soy esa persona.
—Tú eres un tipo decente... cuando no estás intentando seducir a alguna mujer.
—No puedo evitar que me encuentren irresistible —sonrió Gas.
Peter levantó los ojos al cielo.
—Recuerda que. Eres irresistible cuando intentes convencer a Lali de que te apetece mucho cuidar de su gata.
—Cuando termine con ella, te pedirá a ti que cuides de la gata y a mí que nos vayamos a pasar el fin de semana a algún sitio, ya lo verás.
La idea de que Lali hiciera eso era completamente absurda. Y si no lo era, él lo arreglaría con los puños.
Cuando llegaron a casa de Lali, ella parecía nerviosa.
—Ya estoy casi lista.
—Tranquila, hay tiempo.
Lali entró en el dormitorio para terminar de hacer la maleta y salió poco después. —Gracias por cuidar de mi gata, Gas. Supongo que no te hará mucha gracia.
—Tonterías —replicó él—. Me encanta. Espero que a Coco le gusten las telenovelas.
Peter se aclaró la garganta.
—Bueno, ¿dónde está la gata? Me gustaría conocerla antes de irnos.
—Le dan miedo los extraños, así que seguramente estará escondida debajo de la cama —suspiró Lali, llevándolos hacia su dormitorio—. No tienes que estar aquí mucho tiempo porque Coco está acostumbrada a estar sola. Pero si pudieras pasar por aquí un par de veces al día para darle agua y comida...

5 comments: