Tuesday, November 24, 2015

capitulo 29 y 30

—¿Tu ayudante? Claro. Llevo años intentando convencerla de que trabaje para mí...
—¿Ah, sí?
—Bueno, en realidad intento que se acueste conmigo, pero no consigo nada. ¿Qué pasa, te ha dicho adiós?
—Lali no está interesada en ti, no seas pesado.
—Nunca digas nunca jamás, chico. Al final, todas caen en mis brazos.
—Ya te gustaría —replicó Peter—. ¿No querías saber lo que me pasa?
—Sí, claro.
—Pues cállate y escucha.
—Bueno, bueno. A ver. ¿Qué pasa con Lali?
—Te acuerdas de la otra noche, cuando hubo un apagón?
—¿Cómo voy a olvidarlo? Menudo jaleo se armó en la discoteca.., casi tuvimos que evitar una estampida. ¿Por qué lo dices?
—Esa noche yo fui con Lali a una cena benéfica.
—Esa en la que iban a darte una placa o no sé qué? ¿Qué tal?
—Ahora te lo cuento —suspiró Peter, aumentando la velocidad de la cinta para quemar el exceso de energía—. Lali y yo nos marchamos alrededor de medianoche. Estábamos en el ascensor cuando se fue la luz.
—Ah, ya entiendo. ¿Lo pasaste muy mal?
Gas conocía su problema de claustrofobia desde hacía años.
—No fue divertido, no. Pero eso no es lo peor.
—Hay algo peor que un ataque de claustrofobia?
Peter miró alrededor para comprobar si había alguien escuchando la conversación.
—Me acosté con ella.
—¿Qué? —exclamó Gas—. ¿En el ascensor?
—En el ascensor.
—¿Lo dices en serio?
—Completamente.
—¿Y qué tal? ¿Es buena en la cama... digo en el suelo?
—Eso no es asunto tuyo. Y no hables así de Lali.
—Oye, que siempre nos hemos contado esas cosas...
—Sí, pero Lali es diferente.
Peter sabía que estaba actuando de forma extraña. No quería que su amigo pensara que había algo entre su ayudante y él... más que un revolcón desafortunado


en un ascensor, pero se veía en la obligación de defenderla. Aunque si le hubiera dicho que fue un revolcón estupendo, Gas no estaría mirándolo como si, de repente, se hubiera convertido en una alienígena.
—Perdona. Bueno, el caso es que lo habéis hecho. ¿Algún problema? ¿Quiere casarse contigo o algo así?
—No, no es eso. Es que... no usamos preservativo y ahora existe la posibilidad de que esté embarazada.
Gas tropezó y—estuvo a punto de caerse de la cinta, pero se agarró a tiempo.
—No te estará tomando el pelo, ¿verdad? Compra una prueba de embarazo o llévala a un ginecólogo. No dejes que te engañe.
Peter sabía que su amigo tenía muy mala opinión sobre las mujeres. Conocía a demasiadas chicas frívolas y promiscuas en su discoteca y parecía pensar que todas eran iguales. Seguramente nunca había conocido una mujer auténtica y sincera como Lali. Para Gas, las mujeres eran buscavidas, parejas divertidas para un rato o brujas—que querían aprovecharse de los hombres. Así que, por supuesto, su primer Pensamiento fue que Lali quería sacarle dinero.
Afortunadamente, Peter la conocía bien.
—Ella nunca haría algo así. Y antes de que preguntes... —dijo, levantando una mano— lo sé porque no es su estilo. Mi problema no es si está embarazada o no.
Gas se secó el sudor con la toalla.
—¿Ah, no? ¿Entonces cuál es?
Peter tragó saliva, intentando poner en palabras los pensamientos que habían estado dando vueltas en su cabeza durante toda la semana.
—El problema es que... creo que me gustaría que estuviera embarazada.

No comments:

Post a Comment