capitulo 92

—Me temo que, en algunas ocasiones, te tendrás que acostumbrar a verla en este tipo de fiestas —comento Peter, que había notado el desagrado de su esposa.
—¿Sabías que iba a venir?
—Ni siquiera me había parado a pensarlo.
Entonces, Lali notó que Candela iba acompañada de un caballero muy atractivo y se tranquilizó un poco. Sabía que Peter tenía razón en lo que le había dicho. De hecho, Candela era libre de ir donde quisiera.
Una hora más tarde, Lali vio que Candela se estaba haciendo notar con una imponente demostración de salsa. Notó que, a su lado, Peter se iba quedando cada vez más en silencio. Cuando le había pedido que bailara con él, le había dicho que no. No sabía bailar salsa y no pensaba intentarlo cuando todo el mundo lo hacía con tanto estilo.
Mientras Peter estaba al otro lado del salón, charlando con el anfitrión, su primo Juan se acercó para hablar con ella.
—¿Te gustaría bailar?
—No, gracias.
—No deberías dejar que Candela te ganara la partida.
—¡Oh! ¿Pero es que está aquí? No me había dado cuenta —mintió. De hecho, se sentía algo molesta. Se sentía tan corriente, tan gris al lado de la hermosa modelo... Además, ¿por qué se había quedado Peter tan callado? Tal vez lo había molestado ver a Candela con otro hombre...
Juan se marchó, por lo que Lali concentró toda su atención en la hermosa modelo... En aquellos momentos estaba hablando con Lily, la anfitriona. De repente, algo ocurrió. El rostro de Lily palideció y se dirigió directamente al lugar donde su marido estaba charlando con Peter. Candela regresó a su mesa. Entonces, los bailarines hicieron que Lali la perdiera de vista.
Sin embargo, cuando miró a su esposo, vio que, por primera vez durante la velada, estaba mirando abiertamente a Candela. De repente, Lali sintió que el corazón le daba un vuelco. A continuación, como si se tratara de un sueño, vio que Peter se dirigía hasta el lugar en el que estaba Candela. Entonces, vio que su marido la tenía entre sus brazos. Le pareció increíble. Aquella era la peor pesadilla que se había imaginado nunca.
Candela tenía la cabeza apoyada sobre el hombro de Peter. Algunas personas habían dejado de bailar para ponerse a mirarlos. Lali notó la amargura del sabor de la bilis en la boca. Por último, vio que Peter sacaba a Candela del salón.
Lali tomó asiento. Se limitó a mirar al vacío. Los ojos le brillaban, llenos de lágrimas. Sabía que todos los asistentes estaban comentando lo sucedido, pero no podía oír lo que decían por la música. Sin embargo, adivinaba
perfectamente sus palabras.