capitulo 57

Coco estaba tumbada sobre el pecho de Gas, que subía y bajaba rítmicamente, más feliz que una perdiz.
Al notar su presencia, él se despertó, sobresaltado.
—Oye... ¿Qué haces aquí? No te esperaba tan pronto.
—Evidentemente —sonrió Lali.
—¿Dónde está Peter?
—Sigue en Nueva York —contestó ella, tomando a su gata en brazos.
—¿Ha pasado algo?
—Algo, sí.
Gas levantó una ceja.
—Y ha sido bueno o malo?
—Primero estuvo bien y luego mal.
—Supongo que Peter ha hecho o dicho algo que te ha molestado.
Lali suspiró.
—En realidad, no. Pero...
No pudo terminar la frase porque tenía un nudo en la garganta.
—¿Qué pasa?
—Que estoy enamorada de él —confesó ella entonces.
—Lo sé.
—¿Qué?
—Venga, Lali. Os he visto juntos muchas veces.
—¿Y qué?
—Al principio no me di cuenta, pero últimamente era más obvio. Pero no te preocupes, no creo que nadie más se haya fijado... y menos que nadie Peter. Ese no se entera de nada.
—O sea que, evidentemente, él no siente nada por mí.
—Eso no lo sé. Peter hace como que no se entera de nada, pero creo que sí siente algo por ti. Lo que pasa es que no quiere reconocerlo.
Lali no sabía qué decir.
—Ya.
—Podrías salir conmigo. Así te olvidarías de Peter —bromeó Gas.
—¿Le harías eso a tu mejor amigo?
—Por una mujer guapa? Naturalmente.