Sunday, November 22, 2015

capitulo 8 y 9

Desgraciadamente, ese juramento no podía evitar que se quedara mirando sus bíceps como una tonta o que su corazón diera un salto cada vez que pronunciaba su nombre con esa voz suya tan ronca.
Había pensado muchas veces dejar el trabajo. Debería hacerlo. Tenía talento, era buena en lo suyo y podría encontrar otro puesto similar en menos de una semana.
Pero le gustaba trabajar para él. A pesar de todo, Peter era un jefe estupendo. Lali creía en lo que hacía y disfrutaba siendo parte de ello.
Además, ¿qué otro jefe le compraría un vestido de noche y accesorios que seguramente no tendría otra ocasión para lucir?
Lali empezó a quitarse la blusa, sintiendo un escalofrío al pensar que estaba medio desnuda en el dormitorio de Peter. Si él estuviera allí y ella se estuviera desnudando para algo que no fuera enseñarle un vestido...
No se puso el elegante conjunto de ropa interior que había comprado a juego con el vestido, pero sí los zapatos de terciopelo negro con un tacón vertiginoso.
Apartándose el pelo de la cara, Lali salió del dormitorio y se apoyó, seductora, en la puerta del despacho.
—Bueno, ¿qué te parece?
Peter levantó la mirada del ordenador, preguntándose por qué no lo había llamado cuando terminó de vestirse... pero entonces su cerebro dejó de funcionar por completo.
Estaba paralizado, mirando la visión que tenía delante.
Se bajó las gafas sobre el puente de la nariz para ver mejor, pero seguía pareciéndole preciosa. Su pelo caía a ambos lados de la cara como una cortina de ébano y el satén rojo del vestido, estampado con terciopelo negro en un complicado dibujo, destacaba la blancura de su piel..
Y eso era sólo del cuello para arriba. Del cuello para abajo era como para que le diera un infarto.
Siempre había sabido que Lali tenía un cuerpo precioso. Las faldas rectas, las sencillas blusas que solía llevar a trabajar no podían disimularlo. Pero aquel vestido tan escotado, la falda recta con una abertura por encima de la rodilla y los zapatos de tacón que hacían que sus piernas parecieran in— terminables...
Peter miró su pecho, la delgada cintura, la curva de sus caderas... y luego volvió a hacer el camino hacia arriba. Cuando se encontró con sus ojos cafe se quedó sin palabras por primera vez en su vida.
Después de varios segundos de completo silencio, Lali interrumpió su total falta de pensamientos:
—¿Qué? —Preguntó, intentando comprobar si había algún fallo en el vestido—. ¿No te gusta? ¿Quieres que lo devuelva?
—No! —gritó él—. Es perfecto —añadió luego, intentando calmarse—. Es que...

No comments:

Post a Comment