Thursday, November 19, 2015

capitulo 77

Peter tenía conciencia.
Lo peor de todo era que resultaría imposible hacerlo hablar de sus sentimientos. Preferiría la tortura sobre una parrilla antes de admitir que, después de romper con su novia, se había sentido trastornado y afectado.
—Yo siempre sé perfectamente lo que hago —afirmó Peter, como si aquello fuera una máxima por la que se hubiera dejado guiar toda su vida. Sin embargo, Lali no se sentía nada convencida.
—¿Qué fue lo que hiciste? —le preguntó, con voz temblorosa—. ¿Decidiste ir a darte una vuelta por ahí y casarte con la primera mujer que encontraras?
—Aunque no te lo creas, ese pensamiento me pasó por la cabeza —afirmó él, con toda sinceridad. En aquel momento, Holly dejó de respirar y se volvió para mirarlo, completamente horrorizada—. Te aseguro que enseguida lo aparté de mi mente. ¡Te aseguro que no soy ningún lunático!
—Pero ha sido exactamente lo que has hecho. Te casaste con la primera mujer que conociste... ¡Dios Santo! ¡Yo podría haber sido cualquier mujer!
—¡No seas ridícula! ¿Acaso crees que yo me hubiera casado con cualquiera? —replicó él, visiblemente molesto con aquella sugerencia.
—Tal vez habría sido capaz, de hacerlo si hubieras estado lo suficientemente enojado. Dime una cosa: ¿te dejó Candela?
—Per amor di Dio...
¡Podría volver a conseguirla ahora mismo si quisiera
con solo chascar los dedos, pero eso no significa que quiera hacerlo!
—Me gustaría que me dijeras ahora por qué rompiste con ella—afirmó Lali tras un profundo silencio.
—Queríamos cosas diferentes.
—¿Qué clase de cosas diferentes?
—Creo que eso es asunto mío y de ella.
Lali palideció como si Peter la hubiera abofeteado. Entonces, se levantó y se dispuso a salir de la habitación. Sin embargo, Peter se lo impidió.
—Esto es una locura —dijo, tras inmovilizarla contra la puerta.
—¡Apártate de mi camino!
—No —replicó Peter, tomándola en vez de eso entre sus brazos—. No dejaré que Candela se convierta en un problema entre nosotros.
—Tú eres el que lo está consiguiendo —susurró ella, apunto de echarse a llorar.
Los largos dedos de Peter le acariciaron suavemente las mejillas. Se sentía rígida y se negaba a ceder terreno. Entonces, él bajó la cabeza y la sorprendió. Le separó los labios con los suyos y le acarició suavemente el interior de la boca con la lengua. Enojada, triste y confundida, ella le negó el placer por primera vez.

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