Thursday, November 26, 2015

capitulo 46 y 47

Mejor, pensó Lali. Su relación debía volver a ser simplemente una relación profesional, nada más. Era absurdo esperar otra cosa.
Y como no estaba buscando un hombre con el que acostarse de forma temporal, tenía que convencerse de que Peter  no era para ella.
No era el fin del mundo. Había otros hombres, algunos a los que la palabra matrimonio no les daría tanto miedo.
Y quizá había llegado el momento de buscarlos.
Peter la miraba con el ceño fruncido. ¿Qué estaba haciendo? ¿Y quién le había dicho que metiera aquel vestido en la maleta?
Lali estaba frente a él en el restaurante, demasiado cerca de William Dawson, riendo y pendiente de él. Y Dawson, por supuesto, estaba prácticamente babeando.
Supuestamente, aquella era una cena de negocios, pero ella se había puesto un vestidito negro sin mangas que lo estaba volviendo loco. Con un escote...
Había ido con él como secretaria, pero actuaba como si estuviera en una cita... con Dawson. Y no habían dicho ni media palabra sobre el programa informático.
Will parecía encantado con las atenciones de Lali y ella parecía decidida a tenerlo comiendo de su mano antes de que acabara la noche.
Pero si pensaba que iba a acostarse con Dawson lo tenía claro. Si pasaba la noche con alguien sería con él. Y no terminaría en ninguna cama más que en la suya.
Lali rió de nuevo y Peter sintió que le subía la tensión. Una bromita más, una risita más y saltaría de la silla.
—¿No crees que deberíamos hablar de trabajo? —preguntó, haciendo un esfuerzo para no clavarle el tenedor en la mano.
Tanto William como Lali volvieron la cabeza, sorprendidos.
—Sí, claro —dijo ella, sacando un cuaderno del bolso—. Lo siento, no quería ser una distracción.
Peter tragó saliva. Había usado la excusa de que la necesitaba en aquel viaje como secretaría y ahora ella sacaba el cuaderno como si estuviera tirando el guante. Mostrándole que sabía cuál era su sitio, recordándole su acuerdo profesional y diciendo así que, después de la conversación que habían mantenido en el avión, si él no quería saber nada del matrimonio, ella no estaba interesada.
Lo sabía. Mientras le hablaba de su infancia, sabía que Lali pensaría que lo estaba haciendo para que no se hiciera ilusiones. Que no estaba interesado en mantener una relación con ella.
Lali había crecido en una familia completamente diferente a la suya y, aunque no estuviera buscando marido precisamente en aquel momento, lo buscaría algún día. De eso estaba seguro. Y saber que él no estaba interesado haría que lo horrase de su lista.
Una vocecita le dijo que debería estar contento. Así no tendría que preocuparse, no tendría que preparar un discursito para explicar que podían compartir cama, pero


nada más. No tendría que soportar sus lágrimas, ni verla salir de su casa dando un portazo mientras lo acusaba de haberla engañado.
Eso ya le había pasado más de una vez.
Pero entonces, ¿por qué estaba sudando al verla reír con William Dawson? ¿Por qué se le encogía el corazón al pensar que podría acostarse con él?
Porque era un idiota, por eso. Era ridículo pensar que podría retener a Lali a su lado para siempre sin comprometerse con ella.
A lo mejor había visto demasiadas películas románticas últimamente. Pero fuera cual fuera la causa de su reciente melancolía, no pensaba cambiar de vida sólo por un revolcón en un ascensor.
Aunque hubiera sido el mejor revolcón
de su vida, no se arriesgaría a cometer los mismos errores que su padre por
ninguna mujer.
Negándose a mirar a Lali para no enfrentarse con la censura que había en sus ojos, Peter se concentró en William Dawson para hablar de lo que había ido a hablar allí: de trabajo.
Lali no sabía qué había pasado pero, de repente, Peter se había puesto antipático. Pero muy antipático. Hablaba con William Dawson de trabajo, pero lo hacía de una forma tan cortante que parecía como si estuviera discutiendo con la competencia.
Y no entendía por qué. Antes de salir de Georgetown, le había dado la impresión de que Peter y William eran amigos. Eran de la misma edad, habían crecido en ambientes parecidos y los dos tenían una empresa propia.
Entonces, ¿por qué de repente Peter actuaba como si William le hubiera robado su juguete favorito?
A menos que su comportamiento lo hubiera molestado...
Lali se puso colorada. Quizá había bromeado demasiado con Will. Una vez tomada la decisión de buscar un hombre que estuviera interesado en el matrimonio, su lado seductor se había puesto en marcha.
Y Will Dawson era un hombre atractivo y soltero. En cuanto entraron en el restaurante del hotel y Peter los presentó, Lali detectó un brillo de interés en sus ojos y decidió comprobar si estaba en lo cierto.
Estaba en lo cierto. Además de las bromas, Will le había tocado la rodilla por debajo de la mesa, pero no sabía que Peter se hubiera dado cuenta.
Pero daba igual, ella tenía derecho a tontear con quien le diese la gana. Incluso con los amigos de Peter Lanzani. Incluso delante de él. Peter no era su padre ni su hermano y ella era una mujer adulta que podía hacer lo que quisiera con quien quisiera.

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