Saturday, November 21, 2015

capitulo 94

¿QUÉ LE HAS hecho a esa masa? —preguntó Mary Sansom, completamente atónita—. ¡Parece que la has estado torturando!
Lali miró la masa que había estado preparando y luego miró a su madre.
—No te preocupes. Prepararé más.
—Yo lo haré —dijo Mary, contemplando a su hija con gran preocupación.
Había tratado de mostrarse alegre, pero mostrarse feliz cuando se sentía tan triste era un gran desafío. Ya habían pasado casi tres semanas desde que se había marchado de Londres. Había decidido volver a su casa y empezar de nuevo. Había habido lágrimas, reproches y lamentaciones, pero también mucho amor. Que sus padres la perdonaran por todo el sufrimiento que les había causado fue un gran alivio para Lali, como también que aceptaran plenamente a su hijo.
A medida que iban pasando los días, sus padres le hacían preguntas que turbaban la paz de Lali.
—Nunca piensas antes de actuar —le había dicho un día su padre—. Se tiene que trabajar muy duro para mantener un matrimonio. Deberías haber hablado con tu marido antes de hacer nada. Era bueno contigo. ¿Por qué iba a marcharse de repente con esa otra desvergonzada? Estoy seguro de que ningún hombre decente querría tener a su lado a una mujer que se comporta de ese modo.
Aquella noche, Lali se fue a la cama llorando. Echaba de menos a Peter con todo el aliento que había en su corazón. Se despertaba por la noche y, en sueños, trataba de abrazarlo. Entonces, demasiado tarde, se daba cuenta de que estaba sola.
Dos días después, su madre anunció que la casa necesitaba una buena limpieza. Aquello era algo que Lali odiaba, pero a media tarde, incluso la vieja cocina relucía como nueva. Sus padres iban a acudir a la iglesia aquella noche, pero Lali notó que su madre parecía más callada que de costumbre.
—¿Sabes una cosa, hija? Tu padre y yo... siempre queremos lo mejor para ti, pero no creo que hayas sabido llevar muy bien las riendas de tu vida.
Lali se sintió dolida por un comentario, a pesar de que sabía que su madre tenía razones para decir aquello. Se marchó a su cuarto y se dispuso a acostar al pequeño Tomas, quien, de vez, en cuando, parecía llamar a Peter, cada vez con menos esperanza.
Entonces, oyó que alguien llamaba a la puerta. Supuso que seguramente su madre había olvidado algo, por lo que se apresuró en acudir a la puerta.

2 comments: