Sunday, November 29, 2015

capitulo 5

Ajeno a su reacción, Peter le colocó un sombrero de paja sobre la cabeza.
-Hay que tener cuidado con el sol.
-¿Dónde esta mi maleta? -insistió ella.
-He colocado algunas de sus cosas en la silla. Vamos, no tenemos tiempo que perder.
-¿Ha sacado las cosas de mi maleta? -preguntó Lali, incrédula. No podía imaginar que aquel hombre había estado tocando sus braguitas y sujetadores...
-Vamos -insistió él, impaciente-. Ponga el pie izquierdo en el estribo y salte sobre la silla.
Lali apretó los dientes al oír risas detrás de ella. Afortunadamente, se había puesto unas cómodas zapatillas de deporte y decidida, colocó un pie en el estribo. Pero la yegua se movió y Lali cayó al suelo.
Peter la levantó de un tirón.
-¿Quiere que la ayude, señora? -preguntó, irónico. Lali se soltó de un tirón.
-¡Hubiera podido subir si ese maldito caballo no se hubiera movido! -exclamó, irritada. Aunque no estaba acostumbrada a gritarle a nadie, aquel hombre la ponía de los nervios-. Y lo haré sin su ayuda aunque me mate... asi que quedese ahí detrás riéndose con sus amigotes.
-Como usted diga... pero no me gustaría que se hiciera daño -replicó él, sin mover un músculo.
-¡Apártese! -gritó Lali, sorprendiéndose a sí misma. Sentía tal rabia que habría podido montar sobre un elefante. Segundos después, estaba montada sobre el animal.
-Voy a atar una rienda de paseo a la yegua -murmuró Peter, sin mirarla.
Aquel tipo parecía un aristócrata dándole órdenes a su criado, pensó Lali cada vez mas furiosa. Unos segundos después, el animal que había debajo de ella empezó a moverse, inquieto.
-El caballo se está moviendo...
-Es una yegua -la interrumpió él-. Chica se pone nerviosa cuando la monta alguien que no conoce. Pero no va a pasarle nada, no se asuste.
Lali lo observó mientras ataba la yegua a un semental negro que movía las pezuñas como un toro.
-Espero que pueda controlar a ese monstruo...
-No es un monstruo, señora -murmuró el entre dientes.
Peter era un tipo de hombre desconocido para Lali. Un hombre temperamental y machista. Y orgulloso de serlo. No parecía haber en el ninguna debilidad.
¿Pero por qué era tan grosero con ella? Después de todo, Lali había ido a visitar a Nicolas, como el quería. Y, lo supiera o no, debía alegrarse de que ella no fuera Marianela. Su hermana ya estaría de vuelta en el aeropuerto. Marianela, acostumbrada a la admiración masculina, no habría soportado ni un segundo a aquel hombre.
Irónicamente, su hermana le había dicho que la tratarían como a una princesa. Nicolas era un caballero a la antigua usanza, pero Peter no parecía saber nada sobre la galantería latina. Evidentemente veía a Marianela como una oportunista sólo porque se había acostado con Pablo la primera noche. ¿Como se atrevía a juzgarla tan duramente? -¿Cómo está Nicolas? -preguntó Lali entonces.
Peter la miró muy serio.
-¿Por fin se ha acordado de él? -preguntó.

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