Friday, November 27, 2015

capitulo 56

Y no sabía si quería hacerlo. Se había marchado sin decirle adiós, sin darle una explicación cuando él pensaba que entre ellos empezaba a haber algo... de modo que su radar debía estar estropeado.
¿Y si la encontraba y le decía que no quería volver a verlo?
Una garra de hierro apretó su corazón.
No sabía si podría soportar no tener a Lali en su vida. No tenerla cerca, no verla todos los días, no oír su voz, no ver cómo movía las caderas por el pasillo mientras le llevaba un café...
No. Se negaba a aceptar eso.
La mente de Lali era un misterio para él. No podía saber lo que pensaba o lo que la había hecho marcharse de esa forma tan brusca, pero podría descubrirlo y rectificar la situación.
Si eso significaba que su relación volviera a ser estrictamente profesional, así sería. Seguramente entonces se echaría en los brazos de una docena de mujeres, intentando buscarla en todas ellas.., pero si así conseguía que Lali no desapareciera de su vida, lo haría. No le quedaría más remedio.
Respirando profundamente, Peter se levantó y dejó escapar un suspiro. Muy bien, se había ido cinco minutos después de hacer el amor con él, era evidente que quería estar sola. La dejaría. Terminaría lo que había ido a hacer allí con William Dawson y luego volvería a Georgetown.
E intentaría averiguar cómo quería ella que fuera su relación a partir de entonces.
Así tendría tiempo de calmarse, de pensar las cosas. Y así podría tomar una decisión. Porque estaba claro que había metido la pata.
Lali dejó escapar un gemido de dolor cuando las ruedas de la maleta le pasaron por encima del pie al detenerse bruscamente delante del portal. Estaba cansada, muerta de sueño y a punto de la depresión por haberse marchado sin decirle adiós a Peter.
Pero era lo mejor... o eso se decía a sí misma.
Sacó la llave del bolso y entró en casa, cubriendo la puerta con el cuerpo para evitar que Coco saliera a dar un paseo. Lo último que necesitaba era pasarse el resto de la noche buscando a su gata por todo el edificio.
Cuando encendió la luz, le sorprendió que Coco no fuera a recibirla. Normalmente, en cuanto la oía meter la llave en la cerradura salía corriendo al pasillo...
Esperaba que Gas no la hubiera dejado escapar... No, eso sería horrible.
Pero el plato de Coco estaba en el suelo de la cocina y aún quedaban restos de comida. Y el bol de agua estaba lleno.
Lali entró en el salón y tuvo que contener una carcajada al verlos profundamente dormidos en el sofá, con la televisión encendida.

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