Wednesday, November 25, 2015

capitulo 33

Tomando un sorbo de café, Lali se sentó frente al ordenador, decidida a olvidar el asunto.
Pero no pudo evitar que sus ojos se llenaría ser mejor padre de lo que lo había sido el suyo.
Y mejor marido. El era un hombre cabal y si Lali hubiera quedado embarazada habría hecho lo que debía hacer, casarse con ella. Y eso habría significado decirle adiós a su empresa.
Sí, era mejor así.
Si hubiera estado embarazada se habría casado con ella y habría intentado ser un buen padre... pero su propia infancia le había enseñado que no se puede tener una familia y dirigir una empresa al mismo tiempo, de modo que habría tenido que cerrar Reyware y buscar un trabajo de ocho horas. Probablemente, como programador informático.
Esa idea le produjo un escalofrío. Tendría que cambiar pañales, jugar a los caballitos y hacer todo lo posible para que ese niño lo quisiera, pero sería muy infeliz trabajando de nueve a cinco para otra persona.
Quizá algún día, cuando hubiera ganado varios millones de dólares, podría contratar gente que hiciera las cosas por él. Y entonces podría empezar a pensar seriamente en una familia. Si Lali seguía disponible para entonces, incluso podría considerar la posibilidad.
Pero por ahora... no, por ahora, había tenido suerte. Era fantástico. Y seguramente Lali y él no tardarían mucho en volver a encontrar la camaradería, la vieja costumbre de trabajar juntos como si fueran una máquina bien engrasada. Sería terrible que ella hubiera esperado una relación con él...
Tardaría algún tiempo en olvidar lo agradable que había sido aquel revolcón, pero eso era asunto suyo. Nadie tenía que saber cuánto le había gustado hacer el amor con Lali o que soñara con ella cada noche. O que sólo con verla su cuerpo se pusiera en alerta roja.
Esos pensamientos lo perseguían. Lali lo perseguía. Quizá para siempre.
Los días se convirtieron en semanas, pero Peter y Lali se portaban como si fueran extraños. Ella iba a trabajar a la misma hora todos los días, como siempre, y cualquiera que los viera pensaría que tenían una estupenda relación jefe—empleada.
Pero no era así. Ellos sabían que no era verdad. El ambiente era tan tenso. que podía cortarse con un cuchillo.
Peter temía que ella entrase en su despacho y ver las lágrimas y que su corazón se encogiera al pensar en lo que podría haber sido.
Peter estaba frente a la pantalla del ordenador, intentando comprender sus sentimientos.
Lali no estaba embarazada. No había niño. Y eso debería hacerlo feliz.

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