Sunday, December 27, 2015

capitulo 10

Lali recobró la conciencia en la limusina. Peter estaba inclinado sobre ella como cuando ella se había desmayado. En un movimiento brusco del coche, Lali se apartó hacia el lado opuesto del asiento. - ¡Aléjate de mí! – le gritó presa del pánico. - ¿Eres una criatura muy delicada, no te parece? De pronto te has vuelto un manojo de nervios – Peter la miraba con satisfacción perversa; parecía haber recuperado el control -. ¿Dónde está el certificado? Lali se clavó las uñas. Necesitaba alguna sensación que le dijera que estaba despierta, que no se trataba de una pesadilla. - Te he dicho que no sé de qué hablas. - Bueno, si antes no lo sabías, ahora ya lo sabes, y quiero que me lo digas. - No puedo creer que mi padre te hiciera chantaje... - ¿Un asunto sucio, no? – Peter la trataba sin la más mínima compasión -. Pero él era un profesional, de alto vuelo. A él le interesaban los ricos y famosos. Le gustaban los personajes a los que pudiera sacarles el jugo. Era muy bueno en su trabajo. Nunca dejaba a sus víctimas totalmente secas, ni los llevaba al extremo de que quisieran matarlo. Los hacía pagar durante mucho tiempo y luego los dejaba en paz, pero siempre se quedaba con la prueba de sus delitos y trapos sucios para protegerse. Hizo una fortuna... - ¡No me lo creo! - ¿Crees que guardaba esas fotos pornográficas sólo por diversión? Si se quedó con la prueba de los trapos sucios de mi familia... -La voz de Peter se hizo más dura aún -. También tenía el certificado original, y como he intentado recuperarlo buscando por todas partes, es evidente que tú lo tienes. - ¡Él no me dio nada! – gritó histéricamente. - A mí no me vas a engañar. Inténtalo y te romperé... - ¡Estás loco! – sollozó. - Hasta ahora he sido paciente. He estado en la cuerda floja durante cinco años. La única forma de mantenerme a salvo era seguir casado contigo. Pensé que ibas a irte con papá. Pero no lo hiciste. Y hay una cosa que me ha quedado clara. Estás enamorada de mí... - ¿Qué? – Lali lo interrumpió. - Estás obsesionada conmigo. ¿Crees que no los sé? – Peter la miró con desprecio -. Cualquier mujer normal ya se hubiese desengañado y hubiera dejado de esperar que su amor fuera correspondido... ¡Pero tú no! Te has quedado hasta el final, fiel hasta el fin, ¡sin darme la posibilidad de que pueda quejarme del maldito trato que hice! - ¿Fiel? – no podía creer todo lo que oía. Era increíble, peroPeter se creía lo que decía. Estaba convencido de que se había quedado a su lado por una cuestión de amor. El nombre de Benjamin quería abrirse paso entre sus labios, pero era mejor que no. - No estoy enamorada de ti – dijo dignamente. - ¡Escucha, estás hablando con el chico que fue tu regalo de cumpleaños cuando cumpliste diecisiete! - ¿Cómo?

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