Wednesday, December 16, 2015
capitulo 14
Y ahora, minutos atrás, Peter ejerció su poder de macho, sólo para
humillarla. Y ella, en vez de repelerlo, lo aceptó con placer, incapaz de resistir
al poder de la atracción del hombre que amaba... pero que no la amaba de
verdad. Lali se llenó de vergüenza. No se sorprendía que Peter la
encontrara promiscua.
Dominada por el odio, se metió bajo las sábanas. Trabajaría al día
siguiente. Y, si él apareciese de noche, conforme dijo, llamaría a la policía.
¿Quién se pensaba Peter que ella era? No contento con acusarla
falsamente de un crimen, ¿ahora intentaba negarle el derecho de ganarse la
vida? ¡Y la amenazaba! Conocía el temperamento de Peter. Era exagerado en
sus emociones, acostumbrado a conseguir lo que quería.
¡Interesante! Su hija, Alegra, tenía el mismo temperamento del padre,
Lali reflexionó.
A la mañana siguiente, más ó menos a las once, Lali estaba al
teléfono cuando Edwin Haland llegó a la oficina. Parecía cansado, tenía aire
abatido. Pasó cerca de ella sin encararla, y entró en su oficina. Algunos minutos
más tarde mandó llamarla.
— Llegué tarde —él dijo — porque tuve un compromiso en Industrias
Lanzani. Después de lo que oí anoche, pensé que precisaba hacer algunas
preguntas sobre tu salida del último empleo.
Lali quedó pálida y retrucó:
— Por lo visto, no quedaste satisfecho con mis explicaciones...
— No se trata de algo personal —respondió seriamente. — Pero quedé
intrigado por el hecho que no hubieras mencionado tu empleo anterior con
Peter Lanzani.
Lali se sonrojó, y no respondió. La verdad era que, si hubiese
presentado un currículum honesto, no habría conseguido el empleo en Earth
Concern. Y precisaba desesperadamente de trabajo.
— No deberías haber escondido lo que pasó. —Edwin suspiró, sin poder
disfrazar mucho su incomodidad. — Lo siento mucho, pero una persona que
comete deshonestidad con dinero no puede trabajar en un emprendimiento
como el nuestro.
Lali se sonrojó. Peter consiguió que el techo cayera sobre su cabeza,
conforme prometió. ¡Le costaba creer que él pudiese exponerla a una situación
tan ridícula!
— Pero yo... —Lali comenzó a hablar.
Edwin levantó la mano.
— No deseo detalles, Lali.
— ¿Ya oíste decir que una persona es inocente hasta que se pruebe lo
contrario? —Lali preguntó.
Sin dar atención al argumento, Edwin dijo: —Me gustaría pedirte que solicitases tu demisión. Eso nos libraría de
situaciones desagradables. Durante el tiempo en que trabajaste con nosotros,
fuiste una excelente funcionaria. Y estoy dispuesto a darte buenas referencias.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment