Benjamin el haberlo descubierto. Benjamin le había enseñado a valorarse, poniéndola en primerísimo lugar. Él la había ayudado a aceptarse a sí misma. En cambio Peter siempre la había humillado y despreciado. ¿Y ahora por qué tenía que sentirse culpable? ¿Acaso no había pagado ya los pecados de su padre? Cuando estaba cerrando la ducha y alargando la mano para alcanzar la toalla, un golpe enérgico tiró la puerta abajo. Ésta quedó pendiendo de la bisagra, y dejó la figura de Peter al descubierto. Su cuerpo vigoroso ocupando la puerta de la habitación. - ¿Para qué te has encerrado aquí? – preguntó furioso. - ¿Te has vuelto loco? – Lali se sentía intimidada por la presencia de él, pero también estaba furiosa. - ¡Me hicieron responsable de tu bienestar!
Monday, December 28, 2015
capitulo 13
Lo gracioso del caso era que ella no tenía la más mínima curiosidad por
conocerlo. Peter podía seguir guardándolo toda la vida. En todo caso la familia de Peter
eran extraños para ella. No conocía a su madre, ni a sus tres hermanas. Muchas
veces se había preguntado qué les diría a ellas acerca de su matrimonio. ¿Pero se
habría molestado en explicarles algo? Como Max, Peter no era amigo de dar
explicaciones.
¿Cómo podía pensar que ella lo amaba? Era humillante. No sólo se trataba de
un marido al que habían obligado a casar a punta de pistola, sino que además creía
que su mujer, después de cinco años de desprecios e infidelidades, aún lo amaba.
El agua de la ducha seguía cayendo, y de pronto Lali sintió que una extraña
fuerza se apoderaba de ella. Incluso empezó a sentir pena por Peter. Creía que ella
podía usar el chantaje más allá de la muerte de su padre. La noticia de que ella
estaba enamorada de otro hombre seguramente sería un alivio para Peter.
Lali había perdido cinco años de su vida, pero ni un día más. Su padre había
ejercido plena autoridad sobre ella. LuegoPeter había tomado el relevo, y ella lo
había aceptado sin más.
Y había sentido miedo durante tanto tiempo... Miedo por el mundo que había
fuera de su irreal mundo de privilegios. Temor por el desprecio de su padre. Temor
de que la verdad sobre el matrimonio terminara con la débil salud de su padre si se
enteraba. Pero no más miedos, se dijo.
Si Peter había sido una víctima, ella también lo había sido. Y sin embargo no
armaba tanto escándalo como él. La vanidad de Peter la indignaba.
Un golpe fuerte sonó en la puerta.
- ¡Abre! – exigió Peter.
Lali hizo un esfuerzo por no oír. Ya tenía bastante con lo que había ocurrido
anteriormente. No quería saber nada de él. Peter no tenía una sola virtud que pudiera
conmoverla. Cinco años atrás sin embargo había sentido una gran atracción por él.
Había elegido entonces con el corazón, no con la cabeza.
- ¡Lali! – volvió a golpear Peter con impaciencia.
No era un hombre que respetase a las mujeres. Iba detrás de todas ellas, rubias
morenas, daba igual. Eso sí, todas tenían piernas largas, pechos imponentes y pelo
largo. Lali no tenía ninguno de esos atributos, y alguna vez había sido un
tormento para ella, ya que la imagen que tenía de sí misma, débil e insegura, no se
había visto beneficiada con esta carencia.
Pero tenía muchas otras virtudes. Y debía agradecerle a
Benjamin el haberlo descubierto. Benjamin le había enseñado a valorarse, poniéndola en primerísimo lugar. Él la había ayudado a aceptarse a sí misma. En cambio Peter siempre la había humillado y despreciado. ¿Y ahora por qué tenía que sentirse culpable? ¿Acaso no había pagado ya los pecados de su padre? Cuando estaba cerrando la ducha y alargando la mano para alcanzar la toalla, un golpe enérgico tiró la puerta abajo. Ésta quedó pendiendo de la bisagra, y dejó la figura de Peter al descubierto. Su cuerpo vigoroso ocupando la puerta de la habitación. - ¿Para qué te has encerrado aquí? – preguntó furioso. - ¿Te has vuelto loco? – Lali se sentía intimidada por la presencia de él, pero también estaba furiosa. - ¡Me hicieron responsable de tu bienestar!
Benjamin el haberlo descubierto. Benjamin le había enseñado a valorarse, poniéndola en primerísimo lugar. Él la había ayudado a aceptarse a sí misma. En cambio Peter siempre la había humillado y despreciado. ¿Y ahora por qué tenía que sentirse culpable? ¿Acaso no había pagado ya los pecados de su padre? Cuando estaba cerrando la ducha y alargando la mano para alcanzar la toalla, un golpe enérgico tiró la puerta abajo. Ésta quedó pendiendo de la bisagra, y dejó la figura de Peter al descubierto. Su cuerpo vigoroso ocupando la puerta de la habitación. - ¿Para qué te has encerrado aquí? – preguntó furioso. - ¿Te has vuelto loco? – Lali se sentía intimidada por la presencia de él, pero también estaba furiosa. - ¡Me hicieron responsable de tu bienestar!
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