Friday, December 18, 2015

capitulo 38

En Industrias Lanzani Lali era la única mujer, y eso provocó cierta hostilidad en el medio masculino. Nadie corría a ayudarla cuando intentaba resolver algún problema difícil. Todos creían que Peter la empleó por ser una mujer bonita, y el siguiente chisme fue que Lali dormía con el patrón. — Hazme café sólo a mí —Peter le dijo un día. — Toma sólo recados para mí. Aprende a decirle “no” a todos, excepto a mí. ¿Cuánto tiempo le llevó a Lali enamorarse de él? La sofisticación de Peter inicialmente la intimidó, y no era un hombre fácil con quien trabajar. La primera vez que le gritó, Lali se escondió en el baño y lloró. La siguiente vez devolvió los gritos. Él hizo una pausa y dio una carcajada. Lali lo fascinó desde el comienzo. Peter era un hombre brillante en los negocios, competitivo, pero no maníaco de trabajo. Así como trabajaba lo suficiente, se divertía en igual medida. Las mujeres abundaban en su vida, en constante ir y venir. Al final del primer mes Lali se dio cuenta que tenía tres problemas. El primero era que Peter no aceptaba un “no” como respuesta y, cuando eso pasaba, quedaba intratable. El segundo, que ella estaba perdidamente enamorada de su patrón. El tercero, sufría porque Peter nunca la llevaba en sus viajes regulares a Europa. En general una subordinada de ella lo acompañaba. — ¿Y acaso te dije que te llevaría conmigo? —él respondió cuando Lali al final tuvo coraje para preguntarle sobre esa omisión. — Bueno, no, pero... — Tal vez no te guste el trabajo. Lali quedó pálida con el comentario. En el segundo mes Peter se puso difícil, nervioso, temperamental. Cuanto más trabajaba ella, más áspero se mostraba él. Pasaban mucho tiempo solos. En el tercer mes, le pareció a Lali que todas las otras mujeres habían desaparecido de su vida. Y notó que Peter no le sacaba los ojos de encima. Sospechaba que adivinaba sus sentimientos. En fin, una noche, los dos se encontraron en el apartamento del edificio de las Industrias Lanzani. Todos los funcionarios ya se habían ido y ella terminaba algunas anotaciones. Peter le ofreció una copa de champagne y, después de eso, los ojos de reflejos esmeralda no pararon de mirarla. “Yo me rindo”, Lali susurró al fin y él la agarró y la besó, dejándola jadeante. La copa cayó de sus manos y él continuó besándola.Lali ni se acordaba como habían llegado al cuarto. Sólo que Peter parecía tan descontrolado como ella. Con todo, no se olvidó nunca que él tuvo inmenso cuidado en no lastimarla aquella primera noche de amor. — Nunca mezclo negocios con placer —él explicó. — Pero en nuestro caso es diferente.

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