Thursday, December 17, 2015

capitulo 22

Lali quiso retribuir el elogio, pero su voz no salió. Se limitó a levantar la mano y rozar la piel caliente del duro tórax. — Peter... —fue un gemido de completa rendición. Lali se estremeció cuando él le separó los muslos y exploró con los labios el calor y la humedad de su vientre. Emitió un gemido ronco de excitación que se hizo eco al gemido de Lali, Peter se arrodilló sobre ella, besándola con locura como si con eso confirmase su posesión total. La envolvió enseguida con brazos firmes y, resueltamente, la penetró. Hubo un momento de dolor que la hizo morderse el labio y sentir el gusto de la sangre. Peter murmuró cualquier cosa en italiano y la sensación que la dominó fue tan violenta que la hizo gemir, por el choque de placer. Pero Peter la penetró de nuevo, en el lugar que consideraba solamente suyo. Lali lo abrazó, en un acto de aceptación, y permitió que él le enseñase una vez más el ritmo primitivo del amor. Alcanzó el clímax en una explosión de placer, susurrando su nombre con ojos llenos de lágrimas. Peter lentamente escurrió su cuerpo para un lado, en el espacio que sobraba de la pequeña cama; con uno de los brazos apretaba el cuerpo de Lali contra el suyo, caliente y húmedo. Muy lentamente fue bajando la mano hasta el vientre de ella, y paró de repente al contacto con una cicatriz. — ¿Qué problema te causó eso? — preguntó, tenso. Él ya examinaba el lugar con ojos atentos, mientras Lali buscaba algo para cubrir su desnudez que ahora, ella más alerta, comenzaba a incomodarla. — ¿Fuiste operada? ¿Una cirugía grande? —Peter indagó de nuevo. — No, apenas un pequeño problema femenino —Lali mintió. — La cicatriz da la impresión de que la cosa fue peor. — ¿Qué te pasó? —él insistía. — Ya te dije, un insignificante problema femenino. — No me está pareciendo insignificante... — Pero lo fue, y siento mucho el hecho que encuentres mi cicatriz tan aterradora. — Sabes que no fue eso lo que quise decir, pero quedé perturbado. Y, si fue el resultado de un problema insignificante, debes haber consultado un cirujano de quinta categoría. Peter saltó de la cama, y Lali se puso a pensar en el día del nacimiento de Alegra. Después de largas horas de sufrimiento, fue necesario que se sometiese a una cesárea. Pero recordaba, por encima de todo, la sensación de abandono que sufrió en el hospital. Todas las otras mujeres de la enfermería tenían consigo a sus maridos ó novios visitándolas. Y Lali se sintió mortificada por la piedad que causaba a todos, visitantes y enfermeras. Por eso prefirió decir que su marido había muerto en vez de confesar que su bebé era el resultado de una noche de amor con un hombre que no quiso posar más sus ojos en ella.

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