Friday, December 18, 2015
capitulo 40
— Hola... —Lali le sonrió a Gaston en la puerta de la enorme estufa
donde él trabajaba.
— ¿Por que no fuiste a cenar con nosotros al Coach anoche? —Gaston
preguntó a quemarropa, levantando los ojos de la lista de precios que tenía en
las manos.
— Disculpa. No tenía mucha disposición para salir. Y, si hubiese forzado
mi ida al restaurante, no habría sido buena compañía.
Los últimos dos días fueron muy tensos para Lali. Aguardara
incesantemente el llamado del teléfono, ó del timbre. ¿Cómo estaría Peter
encarando el descubrimiento de que era padre de una niña de tres años?
¿Intentaría encarar la situación con dignidad?
Gaston fue más cerca de ella y le tomó las manos con fuerza, impidiéndole
retirarse.
— ¿Cómo puedes comportarte con Lanzani de aquella manera? —indagó,
furioso. — Me haces hacer el papel de tonto.
— Yo... —Lali estaba tensa.
— Viéndolo, el pasado me volvió a la mente. Si no hubiese sido por él,
estaríamos juntos hoy. —una amargura evidente oscurecía los ojos azules de
Gaston.
— Peter no tuvo nada que ver con nuestro rompimiento —Lali
protestó.
Ella de hecho encontró que el regreso de Peter reavivara el
resentimiento de Gaston. Tampoco tuvo la menor duda que la actitud agresiva de
él fue impulsada por Gimena.
— Yo te amo mucho... —Gaston iba diciendo, cuando fue interrumpido por
Lali.
— Pero tienes a Jenny ahora.
— ¡Tú eres tan linda! —pasó la mano por el cabello dorado de Lali. —
Tan perfecta...
— ¿Lali...?
Ambas cabezas giraron. Lali se congeló al toparse con Peter de pie
en la entrada. A pesar de vestir más a gusto, de camisa deportiva y pantalón
caqui, continuaba con la misma elegancia de siempre.
— Alejo me dijo que no estabas en casa. Pero Alegra me trajo hasta
aquí.
Alegra estaba allí, calmada, en contraste con la tensión de los tres
adultos. Cargaba un osito en los brazos. En el silencio que siguió, ella apretó la
barriga del oso que comenzó a cantar, moviendo la boca y los ojos.
— Te veo más tarde —Lali se dirigió a Gaston, alejándose.
— ¡No voy a morder más! —Alegra dijo a su madre, presentándole el oso
para la inspección. — Y yo decir “gracias”.
— ¿Sabes que tengo una abuela que ama niños, mamá?
— ¿Una abuela...? ¿De verdad?
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
Otroo
ReplyDeletequiero mas
ReplyDeletesube mas
ReplyDeletemasss
ReplyDelete