Saturday, December 26, 2015

capitulo 4

El propietario, Charlie, le ofreció comenzar con ella una sesión inmediatamente, pero ella se disculpó diciendo que se le hacía tarde, y se sentó a esperar a su peluquero. - ¡Oh! Señora Lanzani, su guardaespaldas ha dejado un mensaje para usted – le dijo Charlie bajando la voz y la cabeza. Lali se puso tensa y pálida. - Tranquilícese – Charlie la miró con complicidad -. He dicho que estaba en la sesión de masajes. - Gracias – ahora Lali se había puesto colorada. - Será mejor que le de el mensaje. El señor Lanzani le está esperando en casa. ¿Que Peter qué? Peter la estaba esperando... ¿Peter, que nunca la había esperado en cinco años? ¿Peter estaba en casa cuando no lo esperaba hasta la siguiente quincena? Involuntariamente, Lali se estremeció; se le revolvió el estómago. Sintió terror. Charlie se sentó a su lado, y le dijo: - Pequeña, tu no eres el tipo de chica para jugar a esto. - No sé lo que estás... - Llevas viniendo a este salón desde hace cinco años. Y desde hace dos meses no haces más que ponerte colorada – suspiró -. Y no quisiera pasar a la historia como un estúpido capaz de facilitarle una coartada a la señora Lanzani. Me da la impresión de que tu marido es un tipo capaz de romperle los dedos a quien haga una falta así. Me dan temblores de sólo pensarlo. - Lo siento – Lali se sintió avergonzada. - Y yo siento no poder ayudarte más, porque ha sido bonito verte feliz por un tiempo. - ¿Señora Lanzani? Lali miró a Boyce, su guardaespaldas, que proyectaba una sombra grande y oscura sobre ella se puso de pie, Boyce le echó una mirada de desconfianza a Charlie, quien se encontraba demasiado cerca de la esposa de su jefe. Tan pronto como se acomodó en la limusina se desmoronó. Charlie sabía que ella estaba viendo a alguien. Se sentía tan humillada. Y también se sentía terriblemente culpable. Se peluquero además tenía miedo de verse envuelto en un escándalo matrimonial. Aunque lo cierto era que nada de eso sería posible, ya que Peter no tenía ni la menor idea de lo que hacía ella. Pero el dicharachero Charlie, que tantas veces se había reído de sus depresiones, estaba sinceramente asustado. Todo el mundo le tenía miedo a Peter. Y sin embargo ella jamás lo había oído gritar. Durante los primeros tiempos de su matrimonio, Lali había sentido terror hacia Peter, pero con el tiempo ese terror se había ido difuminando, y adquiriendo la forma real de la indiferencia de Peter hacia ella. Simplemente parecía que Lali no existía en la escala de seres humanos importantes para Peter. Él se había casado con Lali para obtener las acciones que su padre le había cedido a ella. Su esposa era parte de un acuerdo de negocios, nada más. Y sin embargo, ella hubiera jurado que había habido momentos, al principio de la relación, en quePeter la había mirado con odio; un tiempo en que cada palabra de él sonaba como una amenaza hacia ella, cuando la sola presencia de Peter la hacía sentir en peligro. Entonces había aprendido a evitarlo siempre que podía. Había aceptado casarse con ella por las acciones. Pero no obstante el divorcio no parecía ser una idea que lo convenciera. Y esto era algo que Lali no alcanzaba a comprender.

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