Wednesday, December 30, 2015

capitulo 21

- De acuerdo. Yo tampoco te perdonaré jamás – atinó a decir entre la almohada, sollozante. Fue un error, porque Peter se dio la vuelta y le dijo: - Vas a decirme la verdad ahora. - ¿Qué verdad? - Que ésta es una maniobra para que te preste atención. Has dejado pistas que hasta un ciego puede ver. Hasta has hablado con la puerta abierta. - ¿Qué? - Y lo has conseguido – dijo él con una sonrisa de hielo -. ¿Ni siquiera te has acostado con él, no? Perfecto. Has llegado al punto justo para sacarme de mis casillas, pero no te has atrevido a más. Lali estaba indignada por su vanidad. Entonces se le escapó una mentira: - ¡Sí me he acostado con él! ¡Y me da igual que te enteres o no, porque no me importas en absoluto! - ¡Si ha puesto un solo dedo sobre tu piel desnuda, es hombre muerto! ¿Lo comprendes? Esto no es un juego, pequeña. Te lo advierto. Si te has entregado a él, lo mato. Lali no podía moverse, ni respirar. No podía dar crédito a las palabras de Peter. Había mentido. Y estaba de más decirle que se trataba de una relación seria. ¿Cómo se imaginaba que iba a tener un lío pasajero para darle celos? Estaba indignada, pero también aterrada de que Peter pudiera hacerle daño a Benjamin. - Piénsalo seriamente. Casi pierdo la cabeza – le confesó Peter de pronto. Y Lali se dio cuenta de que repentinamente se le había pasado la rabia, como por arte de magia. - De acuerdo – dijo ella suavemente, odiando a Peter con todas sus fuerzas -. No me he acostado con él, pero... - ¿Y quieres que te diga por qué? Un griego se divorciaría de una esposa infiel. Tú has llegado hasta donde has podido, no más allá. Lo único imprudente que has hecho en tu vida es haberte casado conmigo. ¡Qué idiota he sido! ¡Por un momento he pensado que te arriesgarías a perder tu status como esposa mía! - ¡Eso es precisamente lo que quiero perder! ¡No te quiero! ¡Quiero mi libertad! – le grito desesperada. - ¡No te creo! ¡No sobrevivirías ni un momento en el mundo real! ¡Te morirías como un bebé indefenso sin tus tarjetas de crédito! - ¡Cómo te atreves! Sólo te digo las cosas como son. Eres una creación de Max, un adorno hermoso y frágil, la esposa perfecta para un hombre rico... - ¡Eres un desgraciado! – dijo ella indignada. - Eso no quiere decir que no seas buena en tu papel, excelente como anfitriona... Una verdadera dama. Pero si quieres de verdad tu libertad... - ¡Sí, la quiero! – gritó Lali. - ¿Si? Deberías preguntarte por qué me compras los calcetines todavía – se rió Peter cínicamente, y salió de la habitación. - ¿Qué tenían que ver sus calcetines en todo eso? No era más que una tarea trivial de la que se había ocupado desde los primeros tiempos de su matrimonio; y la seguía haciendo sin pensar demasiado en ello. Mientras Lali se ponía el albornoz, pensaba que debía conseguir que Peter la escuchase y hacerlo comprender.

No comments:

Post a Comment