Wednesday, December 16, 2015

capitulo 11

— ¡Mentirosa! Te te garantizo que estás temblado de la cabeza a esos lindos piecitos. Esta noche, destruí tu imagen junto a Haland. Y sin remordimientos. — ¡Lo que hiciste fue imperdonable, Peter! — Le conté toda la verdad, sólo la verdad. Y quedé tentado de contarle aún más, pero me pareció que no sería elegante, de momento. — No voy a pedir la dimisión. — En tal caso, haré que el techo caiga sobre tu cabeza. Retiraré mi donación al excelente trabajo de Earth Concern en favor de las clases menos... — ¡No harás eso! —exclamó Lali, con horror. — Lo haré, oh, ¡si lo haré! Y explicaré que no puedo depositar una cantidad tan grande en manos de una mujer en quien no confío, de una mujer deshonesta. Después de eso, dudo que seas recibida en la oficina. — Y yo puedo procesarte por difamación. —Lali estaba furiosa. — Con las evidencias que presentaré, el caso será cerrado el primer día de juicio. Él no podría tener evidencias de un acto que ella no cometió, pensaba Lali. Pero, por cierto alguien en las Industrias Lanzani se prestaría a crear esas evidencias. ¿Realmente alguien la implicaría en el caso, presentando un falso testimonio? Peter estacionó en la esquina y apagó el motor. — ¿Dónde vas los fines de semana? —él indagó abruptamente. Se acomodó mejor en el asiento, las facciones duras como piedra. — Cada fin de semana, todas las vacaciones. ¿Tienes un marido escondido en algún lugar? ¿Un cómplice del robo? — ¡No seas ridículo! — ¿Un amante, tal vez? Termina con él, si fuera el caso. No te daré fines de semana libres. — ¿De qué estás hablando, Peter? — Ni tendrás oportunidad de salir de mi cama a escondidas. Aunque dudo que tengas energía para eso, después de amarnos, después que tu cuerpo esté totalmente ocupado haciéndome feliz. No soy un hombre fácil en la cama. Tengo poca paciencia, exijo mucho y... — No voy a vivir contigo, nunca. — No me importa donde vivas. Pero estarás en mi cama todas las noches. — Estás loco. Prefiero tirarme a un precipicio antes que me toques otra vez. — No creo que... — ¡Pues puedes creerlo! — ¿Y tienes acaso algo más que ofrecer a cambio de mi silencio? — Peter sonrió sardónicamente. — Eso es chantaje —Lali protestó, horrorizada.

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