capitulo 59

— Piensa un poco en eso —él le pidió. — Eres la madre de mi hija. Y mi mujer ahora. Guardar documentos que podrían ser usados para incriminarte, sería una rematada locura. Supongamos que, por accidente, esa evidencia cayese en manos erradas. Era un riesgo que no quería pasar. Siendo mi esposa, te protegeré. Lali lo miró, sorprendida. Peter sentía un inmenso respeto por las fuerzas de la ley y el orden. Destruir la evidencia de una fraude, la impresionó. “Conocer a tu cómplice”, dijo. ¿Qué cómplice?, Lali se preguntaba. Pero Peter quiso protegerla por al ser la madre de Alegra. — Precisaba ver esa evidencia. Quería... — ¿Inventar más historias? ¿Mentir más? —retrucó. — Por eso mismo no te las mostré. — Quieres decir que no tendré oportunidad de defenderme... — No quiero saber más mentiras. Ya oí muchas. En cuanto al dinero... supongo que estás diciendo la verdad. No tienes nada para esconder más. — No hice nada de lo que me acusas, Peter. Me tienes que dar una oportunidad de defenderme. Las facciones de él se endurecieron. — Cuando hablas así, me irrito aún más. El asunto está cerrado hasta que te sientas dispuesta a contarme la verdad. Buona notte, cara. Si hubiese algo a su alcance, Lali se lo habría tirado. Peter no le daba la mínima oportunidad de limpiar su nombre. Pero aprendió algo que ingenuamente ignorara hasta entonces. Peter estaba decidido a hacerla pagar por su supuesto crimen. No la entregaría a las autoridades, pero eso sólo porque quería castigarla personalmente. Y él era mucho más riguroso que cualquier juez. No le permitió una defensa; decidió que era culpable y la sentencia fue promulgada. Quedaría aislada del resto del mundo hasta que diese señales de arrepentimiento. ¿Qué tipo de arrepentimiento esperaba Peter? ¿Quería que confesase haber cometido una deshonestidad, que llorase y suplicase perdón? Antes de eso, nada de compras, de diversión, nada... de otros hombres... Ese era el lenguaje de Peter. ¿Cómo sobreviviría a tantas privaciones?, él tal vez se preguntase. Hasta parecía pensar que dejarla en casa el día entero con Alegra pudiese ser un castigo, cuando, en verdad, era un lujo que Lali siempre deseó poder tener. Pero Peter también confesó que la amaba hacía cuatro años. Pero, ¿qué tipo de amor sería que lo hizo despedirla sin darle oportunidad de presentar una defensa? Ni siquiera esperó a volver de Hong Kong. De momento, persistir en levantar el asunto, e insistir continuamente en su inocencia, sólo serviría para separarlos aún más, concluyó. Pero... ¿cómo estarse quieta? Alguien en Industrias Lanzani preparó todo, de eso Lali estaba segura ahora. Peter pasó sólo diez días en Hong Kong, y en el quinto día la despidió del empleo. Entonces, ¿quién podría haber dado la información que la hizo culpable del fraude cometido por otra persona? ¡Y todo pasó tan increíblemente rápido!