Tuesday, December 22, 2015

capitulo 71

Pero, en ese caso, ¿cuáles serían sus planes al visitar a Franca Ecchio? Eso no tenía sentido. Lali sonrió. Bueno, de allí en adelante estaría segura que Peter nunca más la ignoraría en presencia de amigos, ni permitiría que otras mujeres coquetearan con él. Estaría ocupado cuidando de la mujer que consideraba ahora atractiva a los ojos de otros hombres. Llegando a casa, aún cargándola, Peter subió al cuarto de ella, dejando a los empleados atónitos. La tiró en la cama. Con los ojos despidiendo llamaradas, la previno con voz oscura: — ¡Nunca más hagas eso! El teléfono sonó. Él lo atendió y dio una carcajada forzada: — Ciao, Roberto —dijo, colocando el aparato. Lali se sentó en la cama. — Ojo por ojo —Peter susurró entre dientes. —Días atrás me mandaste a buscar otra mujer. ¿Te acuerdas? — ¿Que yo te mandé a qué? —Lali se puso pálida. — Hoy quise hacer eso, para ver tu reacción. Atónita, Lali recordó haberle dicho un día que procurase divertimento en otra parte. ¿Estaría entonces Peter intentando provocar sus celos, coqueteando con Franca? — Y sé que no te gustó, cara, no te gustó nada. Y las cosas iban bien hasta que Roberto estropeó todo. — Claro que Roberto tenía que tomar una providencia. Al final, Franca es su hermana. — Roberto sabía que no le pondría un dedo encima a Franca. ¡Ella me persigue hace años! Nosotros hasta bromeamos con eso. — ¿Bromeamos? —Lali repitió, no entendiendo más nada. — Franca es una adolescente con pretensiones de vampiresa de 30 años ó más. — ¿Una adolescente? —Lali no conseguía creerlo. — ¿Franca es una adolescente? — Ella sólo tiene 19 años. Diecinueve años... Lali no estuvo en condiciones de hablar durante algunos segundos. — Pero tú estabas seguro que no imaginaría que Franca tenía esa edad. Me llevaste a propósito, Peter. ¡Ahora me arrepiento de no haber tirado a aquella creída a la piscina! — Ella es por lo menos 30 centímetros más alta, y mucho más pesada. Y yo tendría que tirarme a la piscina a salvarte, bella mia. Pero, si no tengo libertad para buscar otras mujeres, ¿por qué motivo me dijiste que lo hiciera? — Creí que no me habías creído... ¡te reíste! — Tal vez... Pero no tuve deseos de reír cuando comenzaste a llorar en el instante en que intenté besarte... Te acuerdas, ¿no? — ¿En serio...?

No comments:

Post a Comment