Wednesday, December 30, 2015

capitulo 25 y 26

No lo dudo – dijo Lali con una mezcla de emociones, que iban desde el odio, la rabia, la humillación, y el resentimiento hasta la pena por los años pasados. - Yo también tenía la idea de que era cumplir las órdenes de Max. Lali se puso colorada, sintió vergüenza. Sus palabras eran peor que una bofetada. - En los últimos años me he visto tentado por la idea de llevarte a mi cama. Pero sentía que era venderme al enemigo. Y dudo que hubieras podido disfrutar de una relación conmigo en ese plan. - Realmente no quiero oír más – admitió ella. Pero Peter la ignoró. - Pero ahora Max ha muerto. Quizás no consiga el certificado ése, pero no creo que tú lo tengas tampoco, ni siquiera que sepas de qué se trata. - No sabes lo aliviada que me siento. Dime, ¿hay necesidad de que sigamos con esta conversación sobre el pasado? – dijo Lali tensa. Peter se rió débilmente. - Ahora estoy preparado para el matrimonio. Lali respiró hondo. Pestañeó. Se le hizo un nudo en la garganta, mientras sus ojos incrédulos no podían dejar de mirar a Peter. - Te has quedado como si necesitaras un trago, un trago fuerte. Con asombrosa calma, Peter se puso de pie y fue a servirle un coñac. Se lo puso enfrente, sobre la mesa y se fue hacia la chimenea. - No es posible que hables en serio – le dijo Lali con la boca seca. - Aparte de tu árbol genealógico, que deja bastante que desear, tú eres una esposa perfecta, lo que yo busco en una esposa. - Perdóname, pero no puedo creer lo que dices. - Eres guapa, atractiva, y ya eres mía desde antes – dijo sonriendo -. Y no he encontrado a otra con la mitad de las cualidades que tú reúnes. - Gracias, pero no, gracias – Lali no podía entender su sarcasmo, y su proposición la dejaba perpleja. - No he dicho que tuvieras derecho a rechazar mi proposición. Y estoy dispuesto a ser razonable. Lo he demostrado anoche. Podría haberte tirada en la cama y... - ¡No! – Lali se puso rígida en la silla. - Pero no lo he hecho. Te he dado tiempo como para que te hagas a la idea. No pretendo que te comportes como si los cinco pasados años no hubiesen existido. - Amo a Benjamin. - Y yo espero no volver a oír su nombre. Te lo advierto. Te tolero un error, pero no más. - ¡No puedes hacerme eso! ¡No puedes amenazarme! - No era una amenaza. Si te saltas las barreras que he trazado, tendrás que atenerte a las consecuencias. Y no digas que no te he avisado. No pienses que porque he sido tolerante anoche lo volveré a ser. - No puedes obligarme a estar contigo. - Intenta saltarte las barreras, y verás. Y no te engañes con que has encontrado el verdadero amor. Woods tiene una larga trayectoria en el arte de cazar mujeres ricas. - ¡Si ni siquiera sabía que yo era rica! – gritó Lali furiosa. - Hasta un ciego lo vería. Mira las joyas que llevas, la ropa que usas. ¿Por qué crees que vas con guardaespaldas? Eres una invitación para cualquier asaltante. La pulsera que llevas puesta vale más de lo que cualquiera de ellos pudiera ganar en toda su vida. Y no creo que se imagine que vas a donar toda tu herencia. - ¿De verdad? - ¿Es que quieres conservarla? ¿Las ganancias de todo el dolor y amargura que causó a sus víctimas? Lali estaba descompuesta por las palabras que oía. Con una mirada de desprecio se dio la vuelta y se alejó de él. - Volverás a Londres y harás el equipaje. Nos vamos a Grecia en cuarenta y ocho horas. - ¿A Grecia? - Sí. Ya es hora de que conozcas a mi familia. - ¡De ningún modo seguiré casada contigo, y de ninguna manera me iré a Grecia!

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