Monday, December 21, 2015
capitulo 61
— Esta vez.. serás realmente mía —susurró, lleno de deseo. —
¡Absolutamente mía!
Le besó los senos, contorneando los rígidos pezones con la punta de su
lengua, para después meterse toda la tierna carne en su boca.
Olas de fuego recorrían el cuerpo de Lali. Desesperada por tocarlo,
levantó la mano y comenzó a masajearle el tórax.
— No pares ahora —él pidió. Con besos la hizo sacudir el cuerpo, y
flexionarlo en movimientos rítmicos.
Peter le tomó la mano y la condujo más abajo, y más abajo... hasta
alcanzar el lugar donde pretendía llevarla. Lali estrechó sus ojos y se
sonrojó.
— Yo... yo... —jadeó.
Encarándola, Peter sonrió, divirtiéndose con su espanto; y dijo:
— No, no hicimos esto antes. —enseguida susurró cualquier cosa en
italiano y agregó: — Algunas veces dices la verdad, cara. Con la mirada, pero es
que tus ojos hablan.
Antes que ella pudiese retomar el poder de comunicarse oralmente,
Peter le devoró la boca con hambre. La hizo acomodarse mejor sobre las
almohadas, con una gentileza inesperada. Después descendió la lengua hasta
sus senos y, con las manos, le acarició el cuerpo trémulo.
Y mucho antes que Lali pudiera adivinar su intensión, algo
terriblemente íntimo pasó. Su primer movimiento fue de rechazo, pero luego se
entregó a la intensidad del placer. La presión que sintió en el interior de su
cuerpo, una mezcla de dolor y placer, la hizo sollozar. Ella enterró sus uñas en
la sábana y levantó las caderas, en una súplica tan vieja como el tiempo.
— Peter... —gimió.
— Bella mia... —y la penetró, moviéndose más y más deprisa, en una
intensidad incontrolable. La abrazó en pleno éxtasis. Cuando la soltó, Lali tuvo la impresión que cayó en el sol, que la consumía con su calor.
Ella despertó de repente, en el instante en que la puerta del cuarto se
abría. Se cubrió con la sábana cuando Giulia apareció, cargando una bandeja.
— Buongiorno, signora.
— Buongiorno. —Lali lanzó una mirada por el cuarto. El cuarto de
Peter... La cama de Peter...
Giulia abrió las cortinas y el sol penetró de lleno.
— ¿Quiere que le prepare el baño, signora?
— No, gracias. —Lali se sentía fuera de lugar al haber sido
sorprendida en territorio de Peter.
El recuerdo de la noche anterior la hizo atragantarse mientras tomaba el
jugo de naranja. Espantada por haber dormido hasta tan tarde. Se sonrojó al
descubrir una pequeña mancha roja en uno de sus senos, y concluyó que era el resultado de una noche de orgía amorosa. No te eludas, una voz le decía desde
su interior; lo amaste, él tuvo sexo contigo...
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