Thursday, December 17, 2015

capitulo 35

— ¡No precisas ser cortés con él, Nicolas! —Gimena dijo, ahora de pie en el hall. — Pídele que se vaya de esta casa. — Gimena —Nicolas susurró, avergonzado. — Vamos al menos a intentar ser civilizados en lo que respecta a... — ¿Civilizados? ¡Ese hombre arruinó la vida de mi hermana! —Gimena dijo con voz trémula. — Él sólo trajo desgracia a nuestra familia u... — Por favor, no digas más —Lali pidió. — Si no fuese por ti, Lanzani, ¡Lali y Gaston estarían casados ahora! — Gimena observó. — Gaston se ofreció a aceptar la criatura que nacería, pero Lali fue demasiado orgullosa en consentirlo. Y ahora, cuando al fin las cosas comienzan a enderezarse, ¡apareces! Sin mirar a nadie, Lali fue al jardín. Pero oyó a Peter exclamar: — ¡¿Un hijo mío?! —el tono de su voz era de total incredulidad. Gimena comenzó a llorar, de súbito conciente de lo que dijo, conciente de lo que revelara. Lali se sentó en un banco del jardín. El sol de la tarde no contribuyó para calentarle el cuerpo. Reconoció que debería haberle contado a Peter sobre Alegra. Pero, después de todo lo que él le hizo, se cortaría la lengua antes de revelar que había tenido una hija nueve meses después de su último encuentro. El nacimiento de Alegra vino después de una serie de humillaciones infligidas por Peter y, cuando ella decidió no dar a su hija en adopción, se dijo a si misma que Peter jamás sabría que Alegra existía. Peter fue al jardín detrás de ella, e insistió, encarándola: — Dime que eso no es verdad. — Te pedí que te mantuvieras lejos de mí... — ¿Sabías entonces que te buscaría? Pero, de cualquier manera, no creo que hayas dado a luz un hijo mío. Ó hija —declaró él. — No hay problema. Vuelve a tu coche y vete. —Lali le aconsejó. — Eso te debería haber dicho en el primer instante en que puse los ojos en ti por segunda vez. — ¡Imposible! — Fue una pena que no haya sido posible —Lali dijo, pero no estaba segura si de verdad quería alejarse de Peter. Ella adoraba a Alegra e hizo un inmenso sacrificio para conservarla consigo, pero también descubrió deprisa como era difícil criar a una criatura sin padre. Además, tuvo necesidad de depender de su familia a fin de dar a Alegra un hogar decente. Y, para una persona independiente y orgullosa como en su caso, eso era motivo para una constante reprobación de si misma. — Había cuatro criaturas allá afuera —Peter dijo, como si hablase consigo mismo. — Tres rubias y una morena de cabellos oscuros y... asqueante. Lali esperaba la censura de Peter. En espacio de cinco minutos Alegra expuso su temperamento, su tenacidad, su agresión.

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