capitulo 57

— ¿Hábito? —Lali protestó con vehemencia, desconociendo su propia voz. — Tal vez a Gaston le guste vivir en una ilusión... Pero yo no. No tengo ilusiones sobre ti. Y, sin ilusiones, no sufriré decepciones — Peter declaró con una estridente carcajada. —¡Y Gaston quedará desilusionado cuando finalmente sepa que tu “amor” interesado aceptó un lazo más alto! Lali entendió todo, y sintió un frío recorrerle la espina. Apretó las manos al punto que sus uñas penetraron la carne tierna de las palmas. Después, cuando menos lo esperaba, sintió odio, un odio inmenso, proveniente del dolor devastador de sus emociones... En un movimiento lleno de odio Lali se sentó; sus ojos color chocolate brillaban de rabia. — Basta... —dijo. — Ya no voy a oír ni una de tus malditas insinuaciones. ¿Quieres hacerme el favor de decirme cómo Gaston y yo podríamos llevar adelante un escandaloso romance con Nicolas y Gimena pegados a nuestras espaldas? Estás hablando de cuatro personas que se conocen de toda la vida... y si uno de nosotros metía la pata, Gimena lo sabría. Peter quedó sorprendido con la reacción de Lali, y fijó sus ojos en ella. Sonrió, divertido. — No puedo creer que... — ¿No quieres oír el resto? —lo interrumpió. — ¿Por qué crees que Gaston te odia tanto? Fuimos novios durante cuatro años, es verdad, pero nunca hubo intimidad entre nosotros. Te conocí durante tres meses solamente y Gaston osó decirme que jamás podría aceptar mi relación con mi jefe. Y yo le dije en esa misma ocasión, que al diablo con los hombres, al diablo con el frágil ego de todos ustedes. Y aún pienso así. — Lali... — Por lo tanto, si quieres creer que salí de tu cama para ir corriendo a la de él, hazlo. Voy a llamar a Gaston para contárselo... ¡Estará feliz al saber que piensas así! Pero, ¿cómo te atreves a intentar rebajarme al nivel de una prostituta desclasificada? — No es lo que estoy haciendo. — ¡Es exactamente lo que estás haciendo! Con toda esa sofisticación en la superficie, ¿qué hay debajo? — ¿Por qué tanta furia, cara? — No me estás oyendo. ¿Verdad? — Te estoy oyendo contarme sólo lo que deseas que crea. —Peter sonrió con ironía.