Tuesday, December 22, 2015

capitulo 70

— Yo no estoy llorando. — Pero vas a llorar. Franca, mi hermana, anda detrás de Peter hace tiempo, y no acepta mis consejos. Va a sufrir mucho, te te garantizo. — Probablemente. —Lali creyó que Franca había mandado a su hermano a entretenerla, a fin que estuviese lejos de Peter. ¡No es que él estuviese haciendo un esfuerzo para alejarse de la linda morena! — Peter no es hombre de casarse —Roberto insistía. — Si lo es, pues se casó conmigo. Nos casamos hace diez días. Pregúntale a tu amigo, si no me crees. — Entonces, ¿por qué se divierte él ahora con mi hermana, si están casados? — Tal vez sea más interesante preguntarle a tu hermana. Roberto le tomó la mano de nuevo, dio una carcajada, dijo: — Es un placer conocerte, signora Lanzani. ¡Debes estar jugando conmigo! Pero, de cualquier modo, no le digas a Franca. Puede tener una crisis de histeria. Diciendo eso, Roberto comenzó a besarle los dedos, uno a uno. Largando abruptamente las manos de Franca, Peter fue cerca de Roberto, empujando las mesas que encontraba por el camino. Todos dejaron de hablar, esperando ver lo que pasaría. Roberto levantó la cabeza, con aire divertido. — ¡Entonces! —exclamó. — ¡Un marido terriblemente celoso aparece ahora! ¡Dio mio! Peter Lanzani, ¿es posible que sientas tantos celos al punto de hacer una escena de esas en público? No me vas a golpear, ¿ó si? Soy tu mejor amigo. Y Roberto tuvo razón. Peter no lo golpeó, pero lo tiró a la piscina. Alguien dio un grito. Paralizada, Lali miró a Roberto Ecchio en el agua, ella en verdadero estado de shock. — Vamos a casa —Peter rumió, agarrando el brazo de su mujer y haciéndola levantarse de la silla. — Preciso recoger... mi ropa... Pero Peter no la escuchaba. La cargó en brazos y atravesó el recinto de la piscina, dejando tras de si un silencio cargado. — ¡Peter! —Lali gritó, golpeándolo en la espalda. Con el movimiento, los breteles del biquini se soltaron y ella intentó cubrir sus senos. El Ferrari siguió por la carretera como un rayo, los neumáticos chillando en cada curva. Celos, Lali se decía a si misma. Su marido no admitía que cualquier otro hombre le hiciese la corte. Puros celos. Si, él sintió celos de Gaston. Sintió celos de Haland... Y la solución que encontró para resolver el problema fue enterrarla viva en una región remota en un valle de Sicilia, e impedirle volver a Inglaterra. Sintió pena de él. Fue tan ciega, ¡tan aferrada a la certeza que ella no era importante para Peter! En realidad, Peter no quería perderla... Tenía miedo de perderla, y Lali sabía ahora, que las emociones que él intentaba controlar en ese momento, no tenían nada que ver con Alegra.

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