Sunday, December 27, 2015

capitulo 8

Tres hombres los esperaban dentro. Uno de ellos a quien Lali reconoció como el representante de su padre, quiso hablar con ella, pero Peter se lo impidió de manera poco caballerosa. Siempre era así. Intolerante, grosero hacia quienes él consideraba seres inferiores a él. Como el hombre de mediana edad, cara colorada y tensa, que los acompañaba. Subieron al ascensor. ¿Acaso había una nueva oferta de acciones en su valiosa línea de barcos? ¿Cómo podía ser tan codicioso un hombre con toda la fortuna y el poderío que tenia Peter? ¿Pero acaso no se había casado con ella por codicia? El representante de su padre puso una llave en la mano de Lali sorpresivamente, y se dispuso a partir. - Dámela a mí – dijoPeter tenso. Debía de ser la llave de una caja fuerte, propiedad de su padre. Por primera vez no hizo caso y se dirigió directamente hacia donde estaba el representante del banco, que ponía en ese momento una caja fuerte sobre una mesa, y luego abandonaba la habitación vacía. - Lali – protestó Peter. Lali no quiso mirarlo. Pero dijo: - Si es de mi padre, es mío. - Ten cuidado con lo que dices. Sus palabras la hicieron estremecer. Lo miró y se sintió paralizada. En el rostro de Peter se adivinaba la agresión y la violencia a punto de estallar. Lali cejó en su intento, y súbitamente dejo la llave al lado de la caja. - Si está en esta caja, puedes quedarte tranquila. Pero si no está, puedes considerarte afortunada si llegas a ver el día de mañana. No entendía a qué cosa se refería que pudiera estar en la caja. Un sudor frío se apoderó de ella. Sus piernas se debilitaron. Sus ojos color chocolate lo miraron incrédulos. Pero él no la estaba mirando. Estaba metiendo la llave en la caja, temblándole el pulso. Lali se lamió los labios secos en un gesto ansioso. Debía tratarse de algo más que acciones. Nunca había visto a Peter perder el control de ese modo. Y ahora, fuese lo que fuese lo que estaba dentro de la caja, estaba frente a él. La caja estaba llena de papeles. Peter comenzó a revolverlos, dejando de lado las fotos y cartas, que quedaron esparcidas por toda la mesa. Estaba pálido, y su búsqueda se iba haciendo más desesperada a medida que avanzaba. Lali fijó la vista en un sobre grande dirigido a una persona de la que jamás había oído hablar. Ni siquiera reconocía la letra. Entonces vio una foto grande en la que se veía a hombres y mujeres en actividades obscenas. Sintió disgusto. No entendía por qué su padre las guardaba. - ¿Qué es todo eso? – preguntó a Peter, puesto que era evidente que él sabía bastante más que ella acerca de la caja y su contenido. Él pasó la foto sin demostrar un ápice de asombro. - ¿Qué es? – preguntó él repitiendo sus palabras con una mueca que simulaba una risa cínica -. ¡Es una caja de vidas destrozadas! Los secretos de otra gente. ¡Tu padre vivía a costa de sus víctimas y de su miedo, el muy cerdo! Lali se puso lívida, pero lo increpó: - ¿Cómo te atreves a hablar así de mi padre? Peter no la estaba escuchando. Seguía buscando entre los papeles como un poseso.

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