Monday, December 21, 2015
capitulo 51
Con la mano trémula y una fría tempestuosa, Lali se arrancó la
alianza del dedo y la arrojó a la mesa. La alianza rodó y cayó al piso. Pero
ninguno de los dos lo notó.
— ¡Quédate con eso también! —ella gritó.
— En resumen, no creo que puedas salir de este valle por ti sola, durante
mucho tiempo —Peter susurró, satisfecho. — Así, podrás dedicar todos tus
talentos siendo mi esposa, y tendré la certeza que, cuando vuelva de mis viajes,
te encontraré exactamente como te dejé. Cosa que, además, la mayor parte de
los maridos tienen, sin la menor preocupación.
Paolo entró con el postre. Lali tuvo ganas sacarle el plato de sus
manos y arrojárselo a la cara de Peter. Tuvo una inmensa dificultad en
controlarse. Ni bien el mayordomo se retiró, dijo:
— Todo lo que tengo que hacer es llamar a mi hermana y...
— Tu hermana se encoge de miedo, cada vez que me ve. Dio mio...
— Gimena no permitirá que Alegra salga con otra persona además de mí.
Así, no tendrás la posibilidad que Alegra venga.
— Tu hermana no dudará en mandar a mi hija con su propio padre... Y
tu cuñado se encargará que eso pase.
Fue una amenaza ridícula la de ella, Lali reconoció. En especial
porque no quería involucrar a su familia en aquel asunto. Tenía su orgullo,
claro. Y también detestaba incomodar a Alegra, pues la niña ya estaba muy
apegada a su padre. Como cualquier criatura, se alegraba por saber que, como
sus primos, tenía a alguien que podía llamar “papá”.
— Tu familia, cara, ahora está de mi lado. Por lo tanto, acaba con esa
angustia.
— Lo que siento en este momento no es angustia, es rabia. ¡Un deseo
incontrolable de tirarte de lo alto de un peñasco! Calculaste mal las
consecuencias de tus actos, Peter.
— ¿Y pensaste que sería tan tonto al punto de casarme contigo y dejarte
en Londres para hacer lo que quisieras? ¿En serio crees que te casaste con un
idiota, cara? —Peter dio una sonrisa sarcástica.
— ¡No mencionaste a Gaston, ni a tu maldito dinero, en las últimas
semanas! — Lali apretaba sus dientes.
— Claro que no. Y confieso que fue difícil, un constante desafío para mí.
Pero conseguí llevarte al altar, ¿no? Ahora tengo exactamente lo que deseé. A
mi hija, derechos legales sobre ella. Y algo importante también te tengo a ti...
— No me tienes. —Lali saltó como un gato, furiosa, pronta para
atacar.Peter la recorrió con la mirada, de la cabeza a los pies, demorándose a
la altura de los senos.
— Te tengo —repitió. — Y en el lugar donde siempre te quise. Total y
absolutamente dependiente...
— ¿Cómo osa?
— Tal vez aún no descalza, embarazada y en la cocina. Pero dame
tiempo. —él tenía un aire divertido.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
A pero q hdp!!!!!!
ReplyDelete