Saturday, January 2, 2016
capitulo 31
- ¡Sal de encima! ¡Me estás aplastando! – le gritó Lali furiosa, rechazándolo con
fuerza.- Ve a buscarte una chica guapa de las tuyas. Por lo menos con ella no
necesitarás mentir.
- No miento. ¿Cómo iba a mentir?
Peter se apretó contra ella, metiendo una de sus piernas entre las de ella. Se
movía desvergonzadamente, haciéndole notar la dura protuberancia de su
masculinidad.
- No es ninguna mentira.
- Eres desagradable. – le dijo ella acalorada, mientras notaba un calor entre sus
piernas.
- Te deseo – dijo él hundiendo su boca en la curva del cuello de Lali.
- ¡No! – dijo Lali con pánico, a la vez que sentía que una espiral de sensaciones
de calor se apoderaba de ella.
Él levantó su cabeza morena, y la miró con deseo. Entonces la besó
apasionadamente, con un gesto que indudablemente quería expresar su posesión
sobre ella y un intento por dominarla. Y ella lo sabía perfectamente; y luchaba por
no sentir lo que sentía. Pero en cada movimiento de su lengua, él le demostraba
que ella quería más y más. Lali alzó las manos hasta la piel satinada de los
hombros de Peter, abrazándolo.
Rodaron por la cama, y él le quitó la camiseta, dejando al descubierto sus senos,
que al rozar el vello del pecho de Peter le hicieron articular un gemido salvaje. Un
segundo después, ella estaba echada de espaldas nuevamente, y las manos de él
acariciaban las tiernas colinas que había descubierto un momento antes.
Ella cerró los ojos. Le faltaba el aliento, y la había abandonado totalmente su
parte racional. La boca de Peter por fin alcanzó los pezones, y ella se arqueó de
placer, con una ferocidad que jamás había conocido antes. Su corazón galopaba.
Peter la acariciaba con la lengua y con los dientes, atormentándola con el placer de
su boca en los pezones, que ya se habían erguido para él.
Entonces ella dirigió sus propios dedos a la cabellera de Peter, y gimió por la
oleada de sensaciones que la invadía.
- Eres mía.- dijo él en un gemido, de manera que ella apenas se dio cuenta que
hablaba en inglés.
De todos modos ella no lo estaba escuchando atentamente. Entonces Lali alzó
la cabeza y tocó la boca sensual de él con sus labios, y luego, de manera más
descarada, con la punta de su lengua, imitó inconscientemente lo que él acababa
de enseñarle. Peter se estremeció y aceptó la invitación, reaccionando con una pasión
que la desbordó. Los brazos de él la apretaron tan fuerte, que apenas podía
respirar.
Rodaron nuevamente, envueltos e una excitación que ninguno de los dos podía
controlar.
Lali oyó el desgarro de la voz de Peter. Ella estaba perdida totalmente en la ola
de calor y la fragancia de su cuerpo. Él estaba tan excitado, que su fragancia era
como un afrodisíaco que le ponía la piel de gallina. Cada parte de su cuerpo
musculoso en contacto con la piel de Lali la volvía loca de placer. Cada caricia era
una incitación a más.
Sus pechos se habían vuelto increíblemente sensibles de pronto, y él jugaba con
ella con la maestría erótica que lo caracterizaba. Peter jugó también con los rizos de su pubis, y se adentró en el corazón de su feminidad arrancándole un gemido de
placer.
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