Monday, April 27, 2015

capitulo 45

Estaba en el baño desnudándose, cuando Peter entreabrió la puerta y dejó un gran vaso de brandy en el suelo. Lali lo contempló con precaución, preguntándose si le serviría de algo. Se metió en el baño y se lo bebió de un trago, sorprendida al comprobar cómo el alcohol quemaba su desacostumbrada garganta.
El agua caliente era una bendición y las burbujas le hicieron sonreír. Se sentía igual que un niña de cinco años encantada con el lujo de un baño caliente. Sí, reflexionó, con una mujer, Peter estaba en su elemento. En aquellos momentos debía de estar en el pub pidiendo su desayuno.
La puerta volvió a abrirse un poco, y ella se sobresaltó.
-¿Quieres otra copa?
-No puedes entrar, y yo no quiero salir todavía.
-Es increíble que seas tan recatada -dijo Peter dejando una botella en el suelo.
Lali se echó a reír y la alcanzó diciéndose «qué demonios». Se sirvió una cantidad generosa y volvió a sentarse en el baño, sintiendo que todo el estrés desaparecía de su cuerpo.
-¿Quién es el bombón? -preguntó Peter volviendo al tema de su viaje a Londres.
Lali le habló de su improductiva llamada de teléfono.
-Se puso histérica.
Silencio absoluto.
-¿Son todas tan inteligentes? -preguntó Lali sin poder resistirlo.
-No les hago un test de inteligencia antes de acostarme con ellas.
-¿Dónde estás? Parece que estás aquí al lado.
-En la cama -dijo Peter.
-Puedes ponerte donde quieras -murmuró Lali-. Me das pena.
-¿Por qué?
-Porque, emocionalmente, estás inválido...
-Y tú, físicamente, estás reprimida.
El brandy que Lali iba a beberse cayó al agua en vez de en su boca. Contuvo la respiración un instante, y volvió a dar un generoso trago.
-Tienes algo, que no sé qué es... -dijo Peter con un tono relajado muy poco tranquilizador-. Pero, sea lo que sea, es sexual y... me crea problemas. Quiero hacer el amor contigo, a ver si así puedo quitármelo de encima. Podemos matar la curiosidad y luego olvidarnos de ello.
Lali respondió con el silencio.
-¿No tienes ningún comentario que hacer?
-Y pensar que yo creía que tú eras un experto en seducción -dijo Lali suspirando y con un tono de evidente decepción.
-Sólo trato de ser sincero y no aprovecharme de tu inexperiencia.
Apurando el vaso de brandy, Lali se incorporó torpemente. Le daba vueltas la cabeza y le parecía flotar.
-No... no puedo ni sentirme ofendida. Eres de fiar, aunque me siento decepcionada -dijo estirando el brazo para agarrar la toalla de baño, que localizó por
casualidad-. Te mereces ese bomboncito. Yo quiero una pasión salvaje, quiero un amante que no pueda quitarme las manos de encima. Quiero a un hombre que me mire como si fuera Demi Moore, que esté enamorado de mi mente y que siga creyendo en nosotros después de la boda.

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