Tuesday, June 16, 2015

capitulo 16

—Estaba dejando claro que si te dejaba libre serías infeliz. Te daré el divorcio, por supuesto, pero sólo después de que des a nuestro matrimonio una oportunidad.
En lo más profundo, Lali se sintió dolida por encima de la incredulidad y volvió la cabeza. No se casaría con Peter bajo ninguna circunstancia. Incluso aunque no existiera Belen ni las demás mujeres, reflexionó con pena, le hubiera dicho que no. El matrimonio no era ni sería nunca para ella. Había visto demasiado la miseria del matrimonio, y, aparte de eso, la miseria aún mayor de las uniones entre dos culturas diferentes.
Aun así, le asombraba la idea de que Peter quisiera casarse con ella. Dos años atrás había querido tener una aventura y ella no habría sido su primer ligue en el campus. No, bastante lejos de eso. Ella no había conocido a Peter hasta el segundo trimestre, pero había oído hablar de él. ¡Vaya si había oído! Su fama le había precedido.
Peter se había lanzado con entusiasmo a un mundo de mujeres que estaban deseando compartir su cama sin exigirle el menor compromiso. Bendecido por su extraordinario atractivo, su chapurreo encantador del inglés mezclado con el francés, la enorme riqueza y la seguridad de que algún día sería rey, Peter había sido para todas las estudiantes como un billete de lotería arrojado al aire. Una especie de histeria colectiva había reinado en su entorno, recordó con dolor.
—Nunca podría casarme contigo —dijo Lali con tensión.
—No me digas nunca... No lo aceptaré.
—¡Insisto en que llames a un coche para que me lleve al aeropuerto!
—Me niego.
—Estás pensando en mantener las apariencias.
Lali deseó de repente no entender su cultura tan bien como la entendía. Si ya había informado a su familia de que pensaba casarse con ella y ella le rechazaba, sería una humillación para él. Una humillación pública. Sin duda, no habría ni una sola mujer en Datar que rechazara el honor de convertirse en una de sus esposas.
—Otra vez me estás insultando —Peter le lanzó una mirada de reproche y apretó los puños—. Lo que hay entre nosotros es mucho más profundo que unas simples apariencias.
Lali estaba pálida como el papel, pero rígida con la misma fuerza de voluntad que él.
—No hay nada entre nosotros ni nunca lo habrá. En mi opinión mi único atractivo ante tus ojos es el hecho de que exista una sola mujer en el mundo que no quiera tener nada que ver contigo.
—¡Cuando dices esas mentiras tan descaradas pierdo la paciencia contigo! —explotó Peter con una brusquedad tal que Lali di un respingo. Entonces acortó la distancia entre ellos de dos largas zancadas—. ¡Esas mentiras son una provocación descarada!
Cuando la atrajo a sus brazos, Lali se puso rígida por la sorpresa. Sus brillantes ojos esmeralda la abrasaron hasta los huesos.
—Tú ardes por mí igual que yo por ti.
—¡No!
—Vi tu deseo anoche —Peter levantó una mano y deslizó sus largos dedos por su pelo—. Cuando te abrazo, tu corazón palpita más rápido que el de una gacela perseguida en el desierto. Y palpita por mí, no por otro hombre. Y, sin embargo, nunca te he tocado —jadeó con un tono ronco de frustración que le produjo cosquilleos por toda la espina dorsal—. Nunca... ¿Cuántos hombres de tu mundo pueden decir eso de una mujer que se mueren por poseer? ¿Cuántos hombres te tratarían con tal respeto incuestionable?
Ahora la estaba frotando el lóbulo de la oreja con el pulgar.  Lali sintió un escalofrío por todo el cuerpo. Unos ojos penetrantes como los de un ave rapaz se clavaron en su cara sonrojada fascinándole con sus profundidad. Tembló y sintió un mareo al sentir su aliento tan cerca. —Peter, yo...

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