Wednesday, June 17, 2015

capitulo 21

—Tú me miras igual que yo te miro a ti. Luz verde y enseguida la luz roja de prohibición. Me enfurece... y en este mismo momento me dan ganas de tirarte en esa cama hasta hacerte gemir de nuevo de exquisita tortura y que me supliques que te satisfaga. Después de la experiencia, dudo seriamente que ofendas mis oídos de nuevo con la mentira de tu falta de interés.
Allí de pie, cautiva por la intensa y oscura pasión de él, Lali también lo dudaba. Se apartó de él con un violento sonrojo ante la sexualidad desnuda que flotaba entre ellos.
—No niego que... que haya cierta atracción entre nosotros —se escuchó a sí misma confesar para mantenerle a raya.
—Esto es muy repentino.
—¿Perdona?
—Que por fin admitas la verdad, pero ya no es suficiente —Lali se sintió cargada de frustración—. Pero ya no quiero las migajas. Quiero todo lo que tengas para darme y aún más. Tomaré lo que quieres negarme. Te poseeré como nunca te han poseído y después dependerá de ti si no me perdonas nunca. ¡Eso te lo prometo!
Ella había pensado que con eso se conformaría y lo que había conseguido era enfurecerle.
—Pero, ¿qué podemos tener tú y yo en común?
—Eres bastante inocente si no sabes que hay cosas más excitantes entre un hombre y una mujer que la similitud.
—¡No! ¡Ya lo sé todo de ese tipo de excitación! Y no está hecha para mí.
Ella estaba penosamente familiarizada con el tipo de violenta atracción sexual que podía brotar entre personas radicalmente diferentes. Eso había pasado entre sus padres. Su irresponsable y egoísta padre había entrado y salido de su infancia según le había ido bien: cuando había roto otra relación, cuando se quedaba corto de dinero o sin trabajo o simplemente cuando quería las comodidades de un hogar por una temporada. Había sido demasiado listo como para pedir el divorcio. Y su amorosa madre había seguido abriéndole la puerta, perdonando, confiando y manteniendo siempre la esperanza de que esa vez sería diferente y se quedaría.
Una y otra vez Lali se había visto obligada a hacer que su padre se sintiera como en casa, hacerle feliz, actuar como si fuera una familia permanente en vez de alguien de paso. Sólo con recordar aquel periodo de su vida a Lali se le encogía el estómago. Se había prometido a sí misma que, al contrario que su madre, encontraría su satisfacción en una carrera. Sería independiente y suficiente. Y nunca sería lo bastante vulnerable como para centrar su vida en un hombre —¿Quién te enseñó esa lección? —preguntó Peter.
Volviendo a la realidad, Lali lo miró sintiendo aquel tumulto enloquecido asaltar todos sus sentidos y lo odió por producirle aquello. Era aterrador sentir que ya no tenía el control de sus propias respuestas.
—Veintisiete años y te comportas como una adolescente confusa... ¿Por qué luchas contra mí de esa manera?
—Porque esta es una atracción imposible... ¿Por qué diablos no puedes aceptarlo? —prácticamente chilló al borde de un ataque de nervios—. ¿Por qué no puedes dejarme en paz? ¿Es que nunca piensas en nadie salvo en ti mismo? ¡Seducirme y meterme en esta pesadilla me parece un sadismo! Me... estás...
haciendo daño.
Entonces se detuvo horrorizada de haber revelado la verdad.
Los ojos velados de Peter eran impenetrables.
—Tú te haces daño a ti misma, aziz. Cuando tengas el calor de admitirlo, quizá tengas también la gracia de agradecer que te haya dado una segunda oportunidad.
—¿Una segunda oportunidad?
Apenas podía creer en sus oídos.

6 comments:

  1. a poreso lali es asi, que deje el pasado atras y mire lo que peter le ofrece

    ReplyDelete
  2. +++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

    ReplyDelete
  3. quieroooooooooooooo

    ReplyDelete
  4. peter va a tener trabajo con esta lali mas

    ReplyDelete