Monday, June 22, 2015

capitulo 56

Lali estaba irritada porque Peter le hiciera parecer la típica feminista que odia a los hombres. ¿Cómo Emilia?, se preguntó con incomodidad viendo lo que se había negado a entender antes. Quizá su tía se hubiera convertido en su modelo porque no había sido capaz de respetar a su propia madre por haber aguantado el trato que le había dado su padre.
—¿Me estás diciendo que no hay mujeres que se aprovechan de los hombres?
Lali apretó los dientes.
—No abandonas, ¿verdad?
—Necesitas que te reten porque eres obstinada.
—¿Y tú no?
—Esto no es una competición para ver quien puede llegar a ser más inflexible.
Lali lo miró y sintió un vuelco ardiente en el estómago. Con la respiración entrecortado y un repentino cosquilleo en sus sensibles senos bajo la fina tela, erizaron como botones. Notó que sus pezones se asombrosos ojos se clavaban en ella y tembló con el corazón acelerado.
—No me mires de esa manera —susurró él con voz ronca.
Lali sonrió con una nueva conciencia sensual de su poder femenino y esperó. No le disgustaba su reacción física cuando la podía ver reflejada en él. A ese nivel, al menos eran iguales.
—¿Por qué no?
Con un sordo gemido, Peter la buscó y la atrajo contra sí, pegando cada centímetro de su cuerpo contra su musculoso ardor masculino. A Lali la avasallaron los instintos. Cuando su boca bajó despacio sobre sus suaves labios entreabiertos, se le escapó un largo suspiro de satisfacción y una oleada de excitación la sacudió de la cabeza a los pies dejándola desorientada y mareada hasta que tuvo que apretarse a sus hombros.
Cuando Peter la soltó, la sorpresa de la separación fue como una punzada. Enfocó los ojos nublados por la pasión en él con asombro y Peter la apoyó contra la pared más cercana para dar un paso atrás y observarla con sombría intensidad.
—Aprendes con rapidez.
—Eres un buen profesor.
De repente se sintió insoportablemente humillada.
—Pero he sido demasiado impaciente. Te he enseñado las cosas equivocadas —murmuró Peter en voz muy baja.
Entonces buscó sus manos apretadas, le estiró los dedos y los entrelazó con los de él.
A Lali se le empañaron los ojos de lágrimas. Bajó la cabeza inmovilizado de debilidad. Le deseaba tanto. Era como si tuviera un reloj en el lugar donde debería estar el corazón. No podía pensar ni aceptar el hecho de perder a Peter, pero podía sentir el tiempo deslizándose entre sus dedos como sí fueran los granos de la arena.
—Quiero enseñarte algo.
Asiéndola de la mano, la condujo de nuevo adentro con entusiasmo y la llevó a una de las salas de recepción. En la lujosa alfombra descansaba una cesta.
—Es para ti.
Lali se agachó sabiendo lo que encontraría otro gato, una bola enroscada de gato persa con ojos brillantes, el gemelo del que le había regado dos años atrás.
—Tú tienes a la hembra. Este es el macho.
—Sí, gracias. Será una gran compañía para ella... cuando lleguen a conocerse.
El gato de pedigrí saltó a la alfombra, estiró la zarpa a la correa de la tapa de la cesta y se cayó con cómica confusión. Sin embargo Lali no se rió. Tenía la garganta cerrada.

6 comments:

  1. como peter conose a lali y la entiende, lali es tan complicada que no difruta el tiempo que esta con peter, si no que busca enroscarse en todo

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  2. que mas puede pedir lali si peter es perfecto, pero ella no lo ve asi es una loca

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