capitulo 32

Lali esbozó una sonrisa tensa.  Peter había pretendido que la ceremonia en inglés tuviera lugar antes que la árabe y si eso hubiera pasado, ella hubiera sabido lo que estaba pasando y hubiera podido impedirlo... Pero, ¿lo hubiera hecho? ¿Hubiera tenido el valor de anularlo en presencia de su familia?,
Dios santo, hubiera causado un tumulto, por no mencionar la humillación de inmensas proporciones para Peter... No, no creía haber tenido el valor de hacerle aquello.
—¿Podemos proceder? —apremió animoso el reverendo.
Cuando Peter había dicho que aún estarían mas casados al terminar el día, no había estado exagerando. El servicio fue el tradicional.  Lali dio las respuestas temblorosa y cuando Peter le tomó la mano para ponerle el anillo, estaba más rígida que un reloj e pared. Cuando tuvo que firmar, le tembló la mano. ¡Que ardiera en el infierno! Cuando estuvieran a solas iba a enterarse.
—Me encanta tener otra mujer liberada en la familia —se rió Gimena cuando el ministro empezó a charlar con Peter—. Yo tuve que casarme para ganar mi libertad y nuestro padre todavía se está recuperando del susto de que mi excéntrica afición según él se haya convertido en una carrera.
—¿Eres cirujano? —preguntó Lali.
—Soy ginecólogo. No me quedaba realmente mucha elección. Los hombres de Datan son muy machos, pero correrían como alma que lleva el diablo si tuvieran que enfrentarse con una mujer médico. Pero cuando comprenden que hay una doctora para las necesidades más íntimas de su mujer, aceptan encantados de que practiquemos la profesión. Estoy muy contenta de que formes parte de nuestra familia, Lali —dijo con una sonrisa sincera—. Y siento haberte hecho esperar tanto.
—Es hora de que nos vayamos —interrumpió de forma abrupta Peter.
—¿Por qué te has ataviado de príncipe coronado? —preguntó Gimena con un repentino fruncimiento de ceño.
—¡Gimena!
Nicolas estaba sonrojado consciente de la falta de ambiente festivo.
La hermana de Peter dirigió a Lali una mirada insegura e interrogante sin ocultar su preocupación. Lali se sonrojó de incomodidad.
—Nos veremos pronto. Espero que seáis nuestros primeros visitantes —susurró Peter en voz muy
baja.
Apenas había puesto un pie fuera de la tienda cuando Lali escuchó murmurar en árabe a la hermana de Peter.
—¿Qué está diciendo? —preguntó con impotencia.
—Perdona si prefiero no traducir.
Peter se dirigió al helicóptero dejando que, Lali obedeciera su imperioso gesto de que te siguiera.
Tras ellos, la música empezó de nuevo y las celebraciones siguieron.
—¿Peter?
Con la tensión asomando por todas las líneas de su cuerpo, Peter se detuvo hasta que ella le alcanzo jadeante.
—¿Quieres saber lo que sucederá ahora? Es muy sencillo. Al final del verano me divorciaré de ti. Te irás a casa. Yo tomaré a otra mujer y dejaré este estúpido error a mis espaldas.
—¿Tomarás a otra mujer?
Lali se quedó mirando al espacio donde había estado Peter. El ya se estaba deslizando en el asiento al lado del piloto.  Lali subió mucho más despacio al asiento de atrás, donde pronto se le unió Zulema. Las palas del motor empezaron a girar con un rugido impidiendo que la conversación continuara.