Saturday, June 20, 2015

capitulo 41

Lali entrecerró los párpados. Le costó un esfuerzo enorme cerrarlos, pero le ayudó para recuperar la razón. Apretó los dientes y se puso aún más rígida.
—No quiero hacer esto...
—¿Te he asustado?
—Por supuesto que no... Estoy intentando ser razonable.
—Cierra la boca de nuevo —sugirió Peter con suavidad—. Pero abre los ojos.
Eso podría ser fatal. Le aterrorizó el que él también lo supiera... que cuando le mirara tuviera la insistencia de una buscona hambrienta de sexo y que el hecho de que estuviera echado a su lado sin una gota de ropa fuera suficiente como para reducir su compostura normal al estado de gelatina.
—No lleves esto más lejos —le advirtió temblorosa.
—¿Qué te hizo ese hombre? —preguntó con repentina ferocidad Peter.
Sus pestañas se alzaron con asombro y se encontró con sus ardientes ojos verdes.
—Estás aterrorizada... Si ese hombre te ha hecho daño, le buscaré y le mataré con mis propias manos —explotó Peter con violencia.
Peter se inclinó sobre ella como un tigre a punto de saltar.
—¿Qué te hizo ese hombre? —preguntó de nuevo.
—¡Nada, idiota! Era homosexual.
—¿Homosexual? —susurró asombrado Peter.
—Exacto... Ahora que nos hemos quitado esa complicación de camino, ¿es posible que pienses en las aplicaciones de consumar este ridículo matrimonio?
—Homosexual —repitió Peter de nuevo. —Un hombre al que no le atraen las mujeres.
Con un aire de relajación repentino, Peter se tendió con fluidez de medio lado, apoyó la barbilla en una mano y examinó su cara sonrojada por la furia y sus brazos apretados. Entonces esbozó una sonrisa radiante.
—De verdad que soy un idiota...
—¿De qué te estás riendo? —susurró Lali mientras se incorporaba.
Una fuerte mano le apretó en el hombro para que se echara de nuevo.
—¿Quieres que apague las luces? ¿Te sentirías menos tímida?
Lali apretó los dientes.
—¡No soy tímida! Sólo estoy intentando evitar que cometamos los dos un error terrible... si siquiera me escucharas.
—Te escucho.
Peter sonrió de nuevo.
Aquella sonrisa le produjo una oleada de pánico y el corazón se le desbocó.
—Los dos estábamos de acuerdo en que este matrimonio era un error, ¿o no?
—Te equivocas.
—Y bajo un acuerdo mutuo... ¿Qué quieres decir con que me equivoco?
Los enormes ojos negros se sintieron cautivos de los verdes. Lali dejó de respirar y sin previa advertencia, su tenso cuerpo se sintió sacudido por una oleada de anticipación sensual tan intensa que la cabeza le dio vueltas.
Peter murmuró algo en árabe y lentamente bajó su morena cabeza, frotando sus labios contra la trémula curva de los de ella.  Lali tembló violentamente cuando la punta de su lengua profanó sus labios y sintió la poderosa fuerza de su deseo ahogar todo pensamiento racional. Levantó una mano para apretarle el hombro y sintió el calor de su piel satinada al mismo tiempo que él se acercaba más y enterraba sus dedos en la cascada de sus rizos vibrantes.

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