Saturday, June 13, 2015

capitulo 68

Lali se sintió tan perpleja ante aquel ruego que se derrumbó al borde de la cama. Quizá Peter necesitaba un hombro en el que llorar, ¿pero por qué tenía que ser el de ella? Entonces lo comprendió. Peter quería hacerle una confesión completa. Su conciencia no se conformaba con menos. Estaba a punto de escuchar una confesión que la deprimirían durante los próximos treinta años. Peter la observó en silencio y dejó la maleta. Luego se aclaró la garganta.
-Yo...
-¿No podrías tratar de abreviar? -rogó Lali. Peter se puso aún más tenso. Su aspecto era tan lamentable que Lali se compadeció. Tenía que enfrentarse, por fin, a aquella declaración. Peter había amado a Candela. Quizá en ese momento sintiera repulsión hacia ella, pero la había amado.
-Mi padre me dijo por primera vez que Candela sería una maravillosa esposa para mí cuando yo tenía cinco años.
-¿Cinco años? ¿Y cuántos tenía ella?
-Ocho.
- ¡Cinco años! ¡Dios de mi vida, eso es lavar el cerebro! -exclamó Lali.
-Mis abuelos murieron en un accidente automovilístico cuando mi padre era aún joven. Él se crió con la familia de su padre. Y tienes que
comprender que a él le enseñaron a sentirse avergonzado de la familia de su madre, que era más humilde.
-¿Quieres decir que lo criaron para que fuera un completo snob? - Peter asintió-. Y él quería asegurarse de que tú no fallabas en ese sentido, ¿no es eso? -Peter volvió a asentir-. Así que desde pequeño te adoctrinaron en la creencia de que Candela sería tu futura mujer.
-Sí, en un futuro que yo no dejaba de posponer - respiró Peter hondo-. No podía ni siquiera confesarrne a mí mismo que no me gustaba
Candela...
-¿Que no te gustaba Candela? -lo interrumpió Lali atónita.
-¿Es que a ti te resultó agradable cuando la conociste en Chindos?
-No, pero...
-Nunca supe poner ninguna pega a su comportamiento -continuó Peter endureciendo su expresión-. Todos se pasaban el día halagando su comportamiento ante de mí, y es cierto que tiene muchas virtudes. Forjaron mi mente de modo que siempre creí que tenía que casarme con ella. -Así que decidiste casarte con ella y tener una amante que te resarciera.
Peter comprendió que aquello era una rabieta de Lali y la miró con una expresión de reproche.
-Ese tipo de matrimonios no es tan raro en el mundo en el que yo vivo. Nunca supe qué me iba a perder hasta el día en que te conocí. -Eso no puedo creerlo -suspiró Lali.
-Bueno.. es cierto que hubo unas cuantas mujeres en mi pasado -admitió Peter-, pero ninguna me caló tan hondo como tú. Tú y yo tuvimos aquella primera noche mágica y luego yo lo eché todo a perder. Pero no podía permanecer lejos de ti... -Así que te casaste conmigo y volviste a echarlo todo a perder -terminó Lali por él.
Peter se acercó a Lali y levantó los ojos para observarIa. Luego alzó las manos tratando de tomar las de Lali, pero ella las retiró. Peter torció la boca.
-La noche en que me dijiste que estabas embarazada comprendí que estaba enamorado de ti... completamente loco por ti.
-Serías capaz de decirme cualquier cosa con tal de no perder a tu hijo, ¿ verdad? -musitó ella medio sollozando.
Los brillantes ojos de Peter temblaron. Tomó las manos de Lali y las agarró con fuerza.
-Mi peor error fue no decirte cómo me sentía aquella noche en mi apartamento. En aquel momento comprendí que nunca me casaría con Candela, pero fue entonces cuando comencé a sentirme terriblemente culpable. Además,
justamente me llamó ella después de que tú y yo hiciéramos el amor, y eso me hizo sentirme aún peor.
Lali vio un atisbo de esperanza. No podía dejar de mirar la expresión del rostro de Peter, atenta a cada una de sus palabras. Y recordaba su forma de reaccionar tras la conversación telefónica, en la cama.
-Debiste de contármelo todo entonces.
-No quería que te enfadaras -explicó Peter soltando el aire contenido-. Ni me parecía bien, a esas alturas de nuestra relación, hablarte de ella. Primero tenía que verla a ella y decirle que me había enamorado.
-¿Y fue eso lo que le dijiste?
-¿Qué otra cosa hubiera podido decirle? -preguntó Peter a su vez con ojos inquisitivos-. Sabía que la noticia no la impresionaría, pero era la verdad. Cuando saliste de la consulta de Agustin y me dijiste que estabas embarazada me sentí muy feliz, pero me temo que mi sentimiento de culpa hacia Candela era tan fuerte que arruiné lo que hubiera debido de ser una ocasión muy especial -Comprendo cómo has debido de sentirte.
-No, no lo comprendes. Estaba enfurecido conmigo mismo por haberle dejado pensar a Candela que nos casaríamos durante tanto tiempo, sentía que la defraudaba -confesó Peter-. Pero eso
no fue nada comparado con lo que sentí cuando fui a verla a París.
-¿Qué te dijo? -preguntó Lali agarrando con fuerza las manos de Peter.
-Jugó conmigo -contestó él enervándose con el recuerdo-. Me dijo que era el hazmerreír de todo el mundo, que ningún hombre querría casarse jamás con ella. Pero no dejó de repetir que por supuesto me comprendía y me perdonaba... ¡Estuve horas con ella! Me sentí como un bastardo, estaba convencido de que había arruinado su vida. -Es una terrible actriz... o quizá... quizá realmente te quisiera, Peter.
-¡Debes de estar de broma!
-Yo te quiero... ¿por qué no iba a quererte ella? Te conoce desde mucho antes que yo...
-Lali... -la llamó Peter dando un salto y arrastrándola con él. Su mirada, fija, mostraba un intenso placer y alivio ante aquella sencilla confesión -.Lali, cariño, deliciosa Lali... -respiró entrecortadamente-. Candela no me prestaría ni un minuto de su tiempo si yo no tuviera dinero. Está obsesionada con casarse con un hombre rico, no puede creer que no me guste ni que no quiera hablarle de amor... Incluso me dijo que si quería podía conservarte a ti como...
-Como amante...
-Pero yo le dije que te amaba demasiado como para hacerte eso -continuó Peter apartándole el pelo de la frente con dedos cariñosos y ojos tan tiernos que Lali tuvo finalmente que creer en sus palabras-. Cuando la vi hace dos semanas, sin embargo, fue sincera. Me dijo que si le hubiera surgido algún partido mejor se habría casado hacía años.
-Me alegro de que estuviera enfadada en lugar de herida - admitió Lali.
-¿A pesar de todo el daño que te ha hecho? -preguntó Peter sin disimular su incredulidad.
Lali le soltó las manos con cuidado y contestó:
-Puedo ser generosa cuando gano.
Peter la estrechó entre sus brazos con fuerza y posó los labios sobre los de ella con pasión. Luego, al enterrar el rostro en el cabello de Lali, ella tembló y se sintió débil.
-Nunca soñé que significaría tanto para mí el que una mujer me confesara su amor -admitió Peter.
-Y pensar que tú podrías habérmelo dicho a mí en lugar de ir a contárselo a Candela... -comentó Lali sin poder resistirse-. Si me hubieras dicho que me amabas nunca te habría abandonado.
-Pero no vas a volver a abandonarme nunca más -exigió Peter con entusiasmo.
-No me atrevería ni a soñarlo... -bromeó ella regocijándose en aquella nueva intimidad de mutua confianza que le permitía hacer y decir lo que quería -.No si vas a emborracharte y a autocompadecerte...
Peter la llevó a la cama y la miró con intensos ojos verdes.
-Eres una picaruela...
-Te conozco bien... así que será mejor que te andes con cuidado...
-Te adoro -declaró Peter con voz ronca-. Pero no vas a decirme lo que tengo que hacer.
Lali deslizó los dedos por la negra cabellera y susurró: -Bésame...
Y Peter lo hizo. Después levantó la cabeza con un brillo cómplice en los ojos y mirada intensa y comentó:
-Embarazada, descalza y en el dormitorio, agapi mou.
-Lo has dicho mal, no era así.
-Lo he hecho a propósito -contestó él con una sonrisa.
-Bueno, pues si estamos negociando, ¿qué hay de todo eso de «tú no eres mi dueña, no puedes decirme lo que tengo que hacer, a dónde tengo que ir ni con quién»? -inquirió Lali.
-Sabía que recordarías cada palabra.
-Me reservo ese derecho.
-Podrías haber sido un agente realmente provocador en el departamento de mantenimiento del edificio Lanzani Intemational -comentó él con ojos brillantes , llenos de deseo y de satisfacción -. Creo que es mucho más seguro tenerte en mi cama.
-Pues yo debo de confesar que la cueva familiar resulta bastante confortable -suspiró Lali feliz, con una mirada de aprobación a su alrededor.
Y, tras una risa ronca, Peter la besó y procedió a demostrarle los beneficios de compartir aquella cueva familiar.
Lali dejó a su hijo Santino en la cuna. Tenía cuatro meses, y era adorable. Con el pelo plateado y los ojos verdes, la combinación resultaba espectacular. Y dormido parecía un ángel.
Las últimas veinticuatro horas habían estado repletas de acontecimientos. Peter había celebrado una fiesta en Londres para conmemorar su primer aniversario de boda, y luego habían viajado a la isla y pasado el día con la familia de él. Había transcurrido todo un año. Lali apenas podía creer
que llevaran tanto tiempo casados. Y la magia no sólo había perdurado, sino que se había fortalecido.
Lali entró en el dormitorio y se puso un vestido de satén dorado de estilo flamenco, una prenda especial para la ocasión. Y después se dirigió a la casita de la playa tras encargarle a una sirvienta que le diera un mensaje a Peter. Llevaba en las manos una revista en la que había un artículo sobre la espléndida boda de Candela Veltrano. Apenas había tenido tiempo de leerlo.
El novio era un aristócrata de sangre azul, y el aspecto de Candela era triunfante. Sin embargo se rumoreaba que la ausencia de la familia del novio en la ceremonia era indicio de que no aprobaban la unión. Según parecía Candela no era lo suficientemente buena. Su árbol genealógico no iba lo suficientemente atrás. Pero en opinión de Lali aquel matrimonio marcharía bien. El marido de Candela era tan frío como ella.
Lali dejó la revista a un lado, encendió las velas y apagó la luz. Y se puso a bailar. Aquél era su regalo especial de aniversario para Peter. Le encantaba sorprenderlo. Y cuando vio por el rabillo del ojo que entraba hizo un enorme esfuerzo para no mirarlo. La música llegó a un momento de salvaje
crescendo y después finalizó. Entonces Lali miró a Peter y ardió ante la intensidad de su mirada.
-¡Es tan fácil impresionarte! -comentó en broma. Peter la estrechó en sus brazos como un hombre de las cavernas. Lali se estremeció de excitación. Por sus venas corría el fuego del deseo sensual.
-Así que volvemos al principio...
-Pero ahora tenemos a Santino -asintió Lali. -No he olvidado a nuestro hijo ni por un instante... ni a la maravillosa y sexy mujer que me lo ha dado -contestó Peter con impresionante intensidad -. Creo que te amo aún más que antes.
-¡Me haces tan feliz! -contestó ella abrazándolo.
-Ésa es la razón de que haya venido -continuó Peter mientras trataba de besarla y de llevarla a la cama al mismo tiempo, cosa que al fin logró-. Y también para darte esto... antes de que te atrevas a sugerir que he venido sólo porque no podía soportar más no acostarme contigo.
Lali contempló el exquisito anillo de diamantes que él deslizó en su dedo.
-Oh, Peter, es... precioso.
-He mandado que le graben la fecha del día en que nos conocimos.
-¡Te estás volviendo tan romántico! - suspiró Lali.
-Sí, puede que tú te hayas encargado de las velas, pero yo me he ocupado del champán y de poner una rosa en la almohada.
-¿Quieres decir que no te he sorprendido?
Peter asintió con un gesto. Lali curvó la boca en una sonrisa y lo empujó sobre la almohada.
-Me encanta tu falta de tacto.
-No te comprendo -contestó Peter observándola con ojos llenos de admiración.
Lali se tumbó sinuosamente junto a él. La ansiosa mirada de Peter cuando temía haberla herido la volvía loca de pasión.
-Las mentes grandes piensan de un modo parecido -susurró ella.
-Eres asombrosa... -continuó Peter estrechándola con tal fuerza que apenas podía respirar.
Respirar, sin embargo, no era en aquel momento algo importante. Mucho más urgente resultaba compartir su amor de un modo íntimo. Lali hubiera deseado decirle que él también era asombroso, pero la electrificante combinación de pasión y felicidad desatadas lo hacía imposible en ese momento. Lo haría a la mañana siguiente.
               Fin

6 comments:

  1. me encanta que peter alla aclarado lo de cande y el final hermoso

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  2. a peter se volvio super tierno con lali, buen final

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  3. aaaa me enamore de esta nove la voy a extranar re tiernos los tres

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